El héroe que cautivaba convertido en fiasco
Dirección. Gore Verbinski. Guionistas. Justin Haythe, Ted Elliott, Terry Rossio. Reparto. Armie Hammer, Johnny Depp, Tom Wilkinson, William Fichtner, Ruth Wilson, Helena Bonham Carter, James Badge Dale.
tarde o temprano tenía que pasar que la iconográfica presencia del Llanero Solitario, un héroe algo naif, fuera objeto de la chapa y pintura del Hollywood reciente. Ha sido Disney la encargada de crear un nuevo producto cinematográfico para un público contemporáneo, y el resultado, digámoslo claramente, ha sido un fracaso.
El director de la saga de Piratas del Caribe, Gore Verbinski, avanza hasta la agonía (el clímax es lo más interesante) y recarga con todo tipo de propuestas visuales un trabajo de acumulación más que de integración. Veamos. El Llanero Solitario no está lejos del espíritu del western en cuanto a recreación mítica sobre el paso del caos a la civilización. Hasta ahí bien: reina la convivencia hostil entre indios y "nativos" blancos americanos acrecentada con la dinamización del tren, cumbre de la civilización y que a comienzos de la historia del cine era un espacio conquistado. El tren, como causa de cohesión del Lejano Oeste con el Este, motiva que su presencia en el filme, que comienza en una feria de barracas en San Francisco y emerge hasta Texas, sea casi masiva. Pero sin la grandeza propia del western (más que agrandar el mito usa su imaginario), Verbinski se siente más cercano al género de aventuras, con sus puntos irónicos, en un guion difuso que remarca más el carácter de conquista de tierras extrañas que la naturaleza mítica que invoca el western. Es verdad que los dos lugares explicitados son San Francisco y Texas, espacios relativamente cercanos (por cierto, el western hablaba principalmente de sitios y conquistas generales).
El filme no pretende alargar el mito del Llanero Solitario sino convertirlo en un atrezzo más (la máscara). Así es como lo ve el niño pequeño de San Francisco: se recrea en la fascinante máscara. Entre la Historia (la transformación de un país) y los secundarios emergentes (incluyendo un guiño amoroso y otro fraternal) se mueve un sucedáneo de película de aventuras que recuerda vagamente al espíritu del western y se recrea en los pequeños detalles (los movimientos de los conejos y aves, por ejemplo), que nos recuerdan más a las películas de piratas que a la épica que apela a un héroe.
El Llanero Solitario es un héroe por accidente que se mueve entre la incomodidad y la indiferencia, relegando su carisma a la pareja burtoniana por excelencia: Johnny Depp (productor ejecutivo) y Helena Bonham Carter. Depp (El Tonto) se convierte en el narrador del relato y en la persona clave (gran trabajo de voz).
Desde el punto de vista formal, nada que objetar al diseño artístico y los méritos del diseño de producción. Algunos de los lugares son ya históricos, como el último pueblo minero en auge durante al final del siglo XIX en Colorado, cuya mina fue construida de nuevo de cara a la película. El director ha hecho lo que ha podido. El guion, objeto de incuestionables correcciones y giros, se mueve en una tierra de nadie. No pasará a la posteridad y esperamos que la historia le dé otra oportunidad o que nos quedemos con el personaje que recordamos casi todos. El de nuestra infancia.
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