Recomiendan utilizar antes de cualquier esmalte una base protectora incolora

El Colegio Oficial de Podólogos de Navarra alerta de que el exceso de esmaltes permanentes puede provocar alteraciones y daños irreparables en las uñas.

Según el presidente de los podólogos navarros, Luis Arigita, "la pérdida de brillo y las roturas se producen al pulir la lámina ungueal para dejarla porosa y facilitar así la adhesión de las capas de gel, que se aplican para dar forma y endurecer las uñas" y cuando "dos o tres semanas después se retira el gel y el esmalte mediante un nuevo limado y el uso de acetona concentrada".

Tras este proceso, "las uñas se debilitan, pierden grosor, son más propensas a la ruptura y pueden sufrir la aparición de manchas amarillas y granulomas de queratina (manchas blancas), además de infecciones por hongos", afirma.

Y añade que en verano el problema aumenta, porque los pies se llevan más a la vista, lo cual incrementa los tratamientos estéticos y, además, el calor y la humedad crean una capa húmeda entre el esmalte y la uña que propicia la aparición de hongos.

"Algunas señales que pueden mostrar la presencia de hongos son la aparición de rugosidades en las uñas, el aumento de sudor y piel escamada entre los dedos, un cambio de color en las uñas o en los dedos y la aparición de mal olor o pequeñas ampollas", explica Luis Arigita.

Ante esta situación los podólogos no se oponen a esmaltados esporádicos, pero consideran "importante dejar descansar las uñas y no llevarlas siempre pintadas", dice la presidenta del Consejo General de Colegios Oficiales de Podólogos, Elena Carrascosa.

Al respecto indica que "los esmaltes permanentes o semipermanentes son perjudiciales para las uñas de los pies", pudiendo provocar incluso su pérdida, debido a que "generan una oclusión total de la uña y esto causa la aparición de infecciones por bacterias u hongos que hacen que la uña se ablande y se despegue".

En este mismo sentido Arigita apunta también que el abuso de esmaltes no permiten a la uña respirar, por lo que hay que llevarlos "nunca más de 15 días" y hay que fijarse en el origen y composición del esmalte porque la UE prohibe cosméticos formulados con "trío tóxico" (tolueno, formaldehído y ftalato de dibutilo).

Como pauta general, el Colegio de Podólogos recomienda utilizar antes de cualquier esmalte una base protectora incolora para que las uñas no absorban el pigmento, retirar esmalt a los pocos días y emplear para ello un producto específico, no rascarlo.