El compromiso medioambiental y la legislación vigente impelen a los fabricantes de automóviles a conceder un creciente protagonismo a la electrificación, con el fin de propiciar la reducción de las emisiones contaminantes. Peugeot no es ajena a esa necesidad y, como ha hecho en otros modelos, adapta el catálogo motriz para bajar los humos del 308. En consecuencia, el debutante incorpora dos motorizaciones híbridas enchufables para coronar su reparto. Son soluciones conocidas por su contribución a varias creaciones de esta marca y de otras del grupo Stellantis.

El 308 plantea la interpretación HYBRID 180 e-EAT8, que coordina el esfuerzo de un propulsor PureTech gasolina de 150 CV y el de otro eléctrico de 110 CV, surtido por una batería de 12,4 kWh (se recarga en 7 horas en una toma de 3,7 kW y en menos de 2 en un punto de 7,4 kW); la asociación depara un rendimiento conjunto de 180 CV, remitido a las ruedas delanteras. Esta variante homologa unas emisiones ideales de 25 gramos de dióxido de carbono por kilómetro (WLTP) en funcionamiento híbrido; permite cubrir hasta 60 km impulsada en exclusiva por el motor eléctrico.

La segunda posibilidad la brinda la versión HYBRID 225 e-EAT8. Instala un motor de gasolina con 180 CV, lo que depara un rendimiento final de 225 CV. Gracias al mismo certifica prestaciones superiores, sin apenas elevar las emisiones de CO2 en modo híbrido (homologa 26 g/km); la autonomía eléctrica oficial es de 59 km. Las dos propuestas HYBRID disfrutan de la etiqueta Cero de la DGT.

El plantel motriz del nuevo 308 se completa con contrastadas motorizaciones térmicas, con menos cartel pero mucho más público. Son el bloque PureTech de gasolina, en vertientes de 110 y 130 CV, y el diésel BlueHDi con 130 CV.