A gran batalla en el sector del automóvil se dirime hoy en el campo medioambiental. El objetivo actual de todo fabricante de vehículos puntero es progresar dejando huella en el público, pero no en la biosfera. Con esta finalidad, SEAT lleva tiempo pasando a limpio su repertorio de modelos, política industrial inaplazable que los profetas del marketing tildan de ecofriendly. En el menú de la firma comienzan a proliferar propuestas más eficientes desde el punto de vista energético y más sostenibles en el plano medioambiental que las tradicionales. Plantean alternativas, híbridas y de gas GNC, a los motores convencionales de explosión, anticipando un porvenir que a lo lejos se vislumbra completamente eléctrico.

Esta nueva línea de productos va reclamando protagonismo en la gama de la casa hispana del grupo Volkswagen. De este modo, el pionero Mii eléctrico se ve acompañado de creaciones de distinta índole que coinciden con él en dejar mínimas secuelas ambientales. Esa rama pulcra del catálogo contiene sobre todo propuestas con sistema de impulsión mixto.

Hay motorizaciones duales, preparadas para trabajar indistintamente con gasolina y con GNC. El gas natural comprimido, que mantiene intactas las prestaciones, genera menos emisiones contaminantes (recibe por ello etiqueta ECO) y disfruta de un precio sensiblemente inferior. Esas adaptaciones técnicas, que se identifican por las siglas TGI, están disponibles en el Arona, en el Ibiza y, a partir de ahora, también en el nuevo León.

En otra faceta de su oferta sostenible, SEAT se decanta por la hibridación, es decir, por la cooperación activa entre propulsores térmicos y eléctricos. Esta fórmula de electrificación parcial presenta dos modalidades. Por un lado, está la denominada hibridación suave o ligera, en la que el impulsor convencional de explosión recibe el apoyo de un pequeño bloque eléctrico, que va alimentado por una batería de poca capacidad; este segundo propulsor tiene la misión de actuar como motor de arranque y como generador-recuperador de energía. La aportación de este sistema mixto consigue atenuar el consumo y las emisiones de escape. Es el que emplean las variantes eTSI (110 y 150 CV) del León.

Un peldaño por encima de este método mild hybrid se sitúa la hibridación convencional, que pone a trabajar en paralelo un bloque térmico de los de toda la vida, en este caso de gasolina, y otro eléctrico casi tan solvente. Cooperan impulsando el vehículo, bien de forma conjunta o alternativamente. SEAT se decanta por el sistema híbrido enchufable, que permite reabastecer el contenido de la batería conectándola a puntos de recarga de distintas potencias. Su gran ventaja es que consiente circular brevemente en modo exclusivamente eléctrico, sin expeler CO2. La austera y limpia receta, que recibe la denominación e-Hybrid, propone una variante con 204 CV para el León y otra con 245 para el Tarraco; ambas lucen etiqueta medioambiental 0.

La marca mantiene en catálogo el Mii, modelo propulsado únicamente por electricidad. Este utilitario urbano con 269 km de autonomía oficial señala el rumbo a futuras incorporaciones a la familia de turismos a pilas de SEAT. Despojada del Born, que finalmente será estrenado por Cupra a finales de año, la firma trabaja ya en el desarrollo de un modelo eléctrico para ciudad, cuyo lanzamiento está previsto para 2025.