- Opel continúa remontando posiciones en el mercado y ganando la confianza del público, en un esfuerzo por recuperar su posición a la vanguardia del sector.

La incorporación a PSA asegura el futuro de Opel. ¿Es a costa de renunciar a sus señas de identidad?

—No cabe duda de que la incorporación al grupo PSA hace que haya elementos comunes. Pero la esencia de Opel como marca alemana de calidad sigue estando vigente. Es una marca con una proyección de futuro muy buena.

Ha renovado casi por completo su gama. ¿Cuáles son sus expectativas?

—Las expectativas son buenas. Hay una renovación profunda, propiciada por el aprovechamiento de las sinergias que se generan en el seno del grupo.

Benefician a sus productos, bien acogidos por parte del mercado.

—Sí. El más atractivo es el Corsa. Un Opel al cien por cien, con un comportamiento y una estética alemana. Esta funcionado muy bien. Además, en breve se producirá la renovación del Crossland; en la recta final del año tendrá lugar la del Astra, y en el primer trimestre de 2021 llegará el nuevo SUV Mokka.

Opel sigue dando pasos hacia la electrificación de sus modelos.

—La gama eléctrica se amplía, con el Corsa 100% eléctrico y con la versión híbrida enchufable del Grandland, productos ya disponibles a los que se añadirá un Mokka con este sistema de propulsión. La intención de la marca es que, en un par de años, toda la gama esté completamente electrificada. El coche puramente eléctrico está enfocado a grandes urbes, donde tiene más tirón que aquí debido a las restricciones para circular, pero eso nos está llegando ya. Tanto el e-Corsa como el Grandland X PHEV poseen 'etiqueta cero', y son coches que se adaptan perfectamente, desde un punto de vista mecánico, a las nuevas limitaciones de velocidad urbanas como las implantadas recientemente en Bilbao.

¿Cómo cree que el público percibe hoy su marca?

—La clientela es hoy heterogénea, no tiene una especificidad particular. Nuestra marca se adapta perfectamente a todo el público, a sus distintas ambiciones (porque el coche es algo pasional), y a sus necesidades. Opel es una marca que se percibe como lo que es: emocional y accesible, sin renunciar a la última tecnología ni a la calidad de un producto alemán.

El del automóvil es un negocio coyuntural, condicionado por las circunstancias económicas y sociales del momento. ¿Qué le sugiere el actual?

—La coyuntura actual no es la mejor para ningún sector y tampoco para este. Mi percepción es que, ante la situación económica y la incertidumbre generada por ella, Opel se encuentra en un punto de inflexión, pero perfectamente preparada. La electrificación y la tecnología punta de nuestros modelos hace que el futuro sea halagüeño. No tengo dudas de que Opel se va a posicionar muy bien en el mercado, y eso lo va a hacer gracias a la nueva gama de productos.