En su condición de director de operaciones, Ignacio García lleva en mente el conjunto del negocio. Y eso, en las circunstancias actuales, supone una sobrecarga de preocupación. A la inquietud por la salud se suma la incertidumbre por el futuro de una empresa familiar y el de sus cuarenta trabajadores. Por eso, lamenta la falta de respuesta de la administración a los ERTEs planteados.

¿Qué sensaciones le produce la situación actual?

—El problema que vemos a futuro es cómo va a ser la salida, sobre todo la laboral, porque el del personal es nuestro mayor costo, con diferencia. Estamos ante una inseguridad jurídica brutal. No hay nadie al que le hayan aceptado el ERTE por fuerza mayor. Estamos afectados por silencio administrativo y eso no conlleva nada ahora mismo. Dentro de varios meses te lo pueden revisar y echar para atrás, lo que significaría el cierre: son meses que no ingresas nada y que tienes que pagar plantillas grandes. El problema es cómo va a ser la salida de ese ERTE. Si mañana se acaba el problema y empezamos a trabajar todos o si va a haber una desescalada, que es lo que tendría que ser. Pero llevamos un mes y no se ha hablado nada. Puedo entender que al principio podía ser un poco precipitado, pero que no se esté hablando de cómo se desescala€ Esperamos que no se reincorpore el 100% de la plantilla el primer día, que nos dejen hacerlo según se vaya

ampliando la facturación.

¿Cuándo estima que podrán reemprender sus actividades?

—Por supuesto, nos encantaría poder abrir, parece que será el 11, y tener el movimiento que teníamos antes para poder incorporar a todo el mundo. Sería la forma soñada de salir de todo esto. Nos sabemos. China se ha recuperado bastante rápido, aunque es un mercado con muy poco porcentaje de propietarios. Las marcas están viendo cuándo vamos a abrir para empezar a fabricar. La nuestra dice que aguantaría bien el año con una caída de ventas del 50%, que esperamos que no sea así ni de lejos. Nuestro objetivo es volver a la situación en la que estábamos hace unas semanas. Ojalá el mercado arranque lo antes posible. La certidumbre volverá cuando abran todos los negocios y recuperemos la vida que llevábamos.

Esperemos que sea pronto. Iban lanzados, sobre todo con Citroën.

—Llevamos dos o tres años muy contentos, porque el mercado tiraba para delante. Una vez que se empezó a recuperar, íbamos muy bien. Pero ha sido un parón del 100%. La marca está tirando muy bien, estamos encantados. Tenemos una gama completa, en la que solo nos falta un SUV de tamaño medio, pero estamos muy bien posicionados. Empiezan a llegar los híbridos enchufables y a final de año lo hará el primer eléctrico. Estamos contentos.

¿Cuándo y cómo prevé que será esa reapertura del negocio?

—Donde esperamos la primera es en el taller: baterías que fallen, mantenimientos que hacer, etc. Tendremos que cuidar al cliente y controlar el tiempo para que el trabajo no se acumule. Esperamos una recuperación rápida y positiva, pero no sabemos cómo va a ser la desescalada. La reapertura de las ventas esperamos que sea lo antes posible, pero tardará algo más. La marca tiene unos protocolos certificados de venta y posventa que son con los que vamos a trabajar. Yo estaría encantado de que en dos meses volviéramos a movimientos de febrero, pero siendo optimista calculo que para final de año se recuperará la velocidad de crucero y siendo realista para dentro de un año. De momento, el que no se ha quedado en paro igual todavía está en ERTE, por lo que es difícil que decida comprar coche. Es una inversión potente que se hace cuando estás desahogado o cuando es muy necesario el vehículo.

¿Calcula el impacto económico de esta situación?

—Como Bizkaia y el País Vasco están siendo menos afectados por ERTEs y gente que ha salido al paro, esperamos que la recuperación sea un poco más rápida. Para nosotros es complicado calcular porcentualmente el impacto, porque no sabemos cómo afectará a las ventas. Aunque no son el 100% de nuestros beneficios, las ventas, las primas de las marcas por llegar a objetivos, suponen mucha parte, es lo que nos hace sobrevivir o no.