Bosé ha decidido salvar el mundo. Con ese objetivo, se viste de patriarca calé, todo de negro y con pañuelazo de lunares al cuello, la barbaza entrecana, y se pone ante la webcam a manifestar sus visiones. Se nota que no es patriarca porque no lleva cachaba con asidero de cuero con tiras y borlas, ni sombrero borsalino. Y también porque se pinta el ojo. Habrá patriarcas que se den sombra negra en el párpado inferior y se resalten la pupila eyeliner del mismo color, pero no los conocemos.Con la crisis de los 17, Bosé quiso ser sex simbol adolescente; con la de los 27, estrella del pop; con la de los 37, japonés ambiguo; con la de los 47, músico comprometido; con la de los 57, señor fondón bohemio. Por fin, justo antes de los 65, ha descubierto su verdadera vocación: Rasputín posmoderno.

Con ese permanente susurro de voz, consecuencia de haber salido la noche anterior o de haber dormido desnudo con el aire acondicionado a tope, Bosé nos advierte: "¡El milenarismo va a llegaaaaaar! El milenarismoooo ya está aquí€".

Gracias por recibirnos, señor Bosé

—Pope Bosé. O maestro. Con maestro es suficiente, si te parece. Espera, que te purifico con mi aliento. Haaaaaa€.

Para el coronavirus vale con la mascarilla y el gel hidroalcohólico. Y me he echado como para un regimiento.

— Pero qué coronavirus, ni qué zarandajas. Yo te purifico, en nombre de Ochum y Kambayá, para sacarte el mal de ojo, las hemorroides del cuerpo astral, el chancro verde y la rebaba del angelillo exógeno. Eso si que mata y no el coronavirus, que es un invento de las multinacionales, el Real Madrid y el Vaticano para convertirnos a todos en fans de Sergio Ramos y ese cantante flamenco, cómo se llama, si: Amancio Ortega. Hazme caso. Osanna Ochum, lolerete, lolerete. Acompáñame con las maracas, venga. Un, dos, tres:

Y mientras ella con pasión, da la llave, yo le doy bambú...Turap, tuhe, hey, oh yeah. Yo le doy bambú€

Conozco la canción. Pero soy muy malo con las maracas. ¿Ha caído usted en la cuenta de que lo de "El milenarismos va a llegar" lo dijo en la tele el dramaturgo Fernando Arrabal hace como 40 años?

— ¡No jodas! ¿En serio? Con razón me sonaba. Aunque eso resulta completamente imposible: yo no había nacido hace 40 años.

Además de las corrientes heterodoxas y antivacunas, es usted fiel seguidor de Sara Montiel, por lo que veo.

—¿En la manera de cantar, con voz profunda y sensual?

En la manera de quitarse años sin pestañear.

—Oye, oye, que me refería a nacer a la conciencia universal de la materia brillante. Eso no tiene nada que ver con lo que dice el DNI. Chiuuuu, chiuuuu, te advierto que al mundo vendrán, dentro de poco, trece millones de naves de alguna confederación intergaláctica, de Ganímedes, de Constelación Orión, de Raticulín, de Alfa, de Beta...Chiuuuuu.

¿También es usted seguidor de Crístofer?

— ¡Qué atrevida es la ignorancia! No se trata de Crístofer ¡Es Carlos Jesús! Chiuuuu, chiuuuu. Fue en los seminarios que impartía Carlos Jesús donde abrí los ojos a la verdad. Siguiendo sus sistemas de apertura de la mente pude ver con claridad que Tubacex, Michael Douglas y los Sabandeños son, en realidad, la misma cosa. Es algo tan evidente. Y todo nos conduce al apocalípsis: en el centro de la tierra hay una enorme bombona de butano a la que no han revisado la goma de la instalación desde hace miles de años, el escape resulta inevitable. Nos iremos todos al otro barrio oliendo a butano. Es terrible. Pero existe una salida. Si te apuntas a mi comunidad yo te puedo convertir en un ser de luz.

¿Un ser de luz? Para eso está Iberdrola.

— ¡Ya salieron las multinacionales! ¿Ves?

Miguel Bosé se aleja enfadado. Se va chasqueando los dedos, moviendo la cadera y tarareando Como un lobo. Ha quedado con Iker Jiménez.