Pero no todo lo que te ofrece Internet son películas, vídeos y series. Puede ser un buen momento para sentarnos delante del escáner y ponernos a ordenar y digitalizar todas esas fotos que tenemos en álbumes o en cajas de galletas o bolsas de plástico y de esta forma tenerlas guardadas en la nube. Mi gran aliado para todo esto es Google Fotos. Muchos usuarios piensan que sirve únicamente para ir almacenando los recuerdos que vamos obteniendo a través de nuestro teléfono móvil. Todo lo contrario, podemos subir tanto fotos como vídeos que tengamos en formato digital y como siempre, si le decimos a Google que optimice el tamaño de almacenamiento, tendremos infinitas fotos guardadas en la nube. Esta aplicación que se puede sincronizar entre nuestros teléfonos, tabletas o PCs, tiene cada día un mayor número de funciones de almacenamiento. Es capaz de reconocer los lugares en los que se han realizado las fotos, quiénes están en ellas o reconocer la marca de la ropa o complementos que llevamos en las fotos. Si quieres saber qué tipo de flor o árbol aparece en una de las fotos o dónde comprar un vestido, tienes la opción Google Lens que te puede ayudar. Lo mejor de todo es que vas a poder encontrar cualquier foto que tengas guardada con su buscador que permite localizar por lugares, fechas o detalles como fotos con nieve, y tendrás todas en la pantalla.

Pero si en lugar de fotos lo que tienes en casa son cajas y cajas con cintas o archivos con horas y horas de vídeo, es la gran oportunidad para iniciarte en el mundo de la edición. Para ello te propongo que instales cualquiera de los dos programas gratuitos que puedes utilizar de forma profesional: OPENSHOT y SHOTCUT. Con cualquiera de ellas vas a poder recortar y organizar los vídeos y quitar todas esas tomas falsas o minutos que grabaste de suelo sin darte cuenta que la cámara estaba conectada o reducir el vídeo de la boda de cuatro horas a un resumen casi perfecto. Pero es que además estos programas tienen opciones profesionales, para poder poner títulos de crédito, transiciones entre tomas o subtítulos. Si pasas el primer reto de edición de vídeo básica, luego podrás pasar a la parte profesional: cambiar de velocidad las escenas, acelerar o poner en cámara lenta, incorporar audios y canciones (siempre libres de derechos de autor) y de esta forma dar el primer paso para compartirlos a través de YouTube. Es apasionante cuando logras crear un vídeo a partir de tus propias grabaciones y compartirlo a través de Internet.

@juandelaherran