Pionero, obstinado y osado, Chicho Ibáñez Serrador abrió caminos que hoy transitan cineastas como Paula Ortiz (nominada a Mejor Director Novel en los Goya 2011 por su primera película De tu ventana a la mía y con 12 nominaciones en 2016 por La Novia), Rodrigo Cortés, Paco Plaza ( creador de la saga REC) o Rodrigo Sorogoyen (ganador del Goya al mejor director y guion en 2019 por El Reino y con una nominación a mejor cortometraje de ficción en los Oscar 2019 por Madre), quienes han adaptado sus Historias para no dormir, un proyecto con el que han descubierto una figura que va mucho más allá del Un, dos, tres... En entrevistas con Efe cuentan cómo ha sido su encuentro con la obra del maestro fallecido hace dos años en esta miniserie que estrena mañana viernes Amazon Prime Video, y con el género de terror, una novedad para casi todos. Reflexionan sobre el legado del creador de universos únicos y sobre la valentía que tuvo en aquellos tiempos, cuando estaba casi todo por inventar.

¿Cómo ha sido enfrentarse a la obra del maestro?

—Paula Ortiz: Yo generacionalmente no tengo una memoria muy fuerte de Historias para no dormir. Tengo simples fogonazos de la puerta que se abre, los chillidos, algunas pinceladas. Por eso cuando nos propusieron el proyecto para mí sí que fue asomarme de pronto a un lenguaje de los inicios de la televisión en España que era tremendamente valiente, en el que había algo de juego y de inconsciencia que me pareció apasionante.

—Rodrigo Cortés: Si nos hubieran propuesto hacer Historias del otro lado, una antología de relatos de terror, no habría dicho que sí con tanta facilidad. Tiene que ver mucho con que sean las míticas Historias para no dormir, que tampoco viví en directo. Mi Chicho es el del Un, dos, tres..., pero después descubrimos que tenía una importancia sociológica y cultural enorme y que además sirvió de pionero de aquello que en gran medida estamos haciendo. Cruzó la línea antes hasta desdibujarla y hacer posibles según qué cosas, así que esa sensación de tributo y agradecimiento fue fundamental.

—Paco Plaza: En mi caso ha sido rendir tributo a una figura, no solo como cineasta sino como icono popular, porque Chicho tiene esa doble vertiente, ser un cineasta prodigioso con solo dos películas y un icono del entretenimiento. Lo que quería era rendir homenaje a esa figura que ha sido tan importante para una generación que hemos crecido viéndole echar canas.

‘Historias para no dormir’ fue una especie de obsesión para Chicho, ¿qué se puede aprender de esta obstinación?

—Paula Ortiz: Creo que esa obstinación es la condición sine qua non de cualquier proyecto de ficción, específicamente del cine en España. Cualquier proyecto cinematográfico exige tal cantidad de factores, esfuerzos, energías de todo tipo, materiales e inmateriales que, si no existe obcecación, determinación y resistencia, que es algo que tenía también Chicho; no sale.

—Rodrigo Sorogoyen: En nuestra profesión esa obstinación es marca de la casa, está en nuestro ADN. Toda la gente que ha seguido en esta profesión contando historias en las diferentes cinematografías tiene una obstinación superlativa. No me extraña y me puedo llegar a sentir un poco identificado con Chicho.

—Paco Plaza: La obstinación es el ingrediente fundamental porque lo normal es que las cosas no salgan. Todo está diseñado para que no hagas una película. Nadie quiere invertir dinero, nadie tiene tiempo (...) Tienes que empujar porque si no, la película no sale.

¿Cómo ha sido la incursión en el género del terror? Usted, Paco Plaza, ¿ha tenido una doble presión por ser su especialidad?

—Paco Plaza: Todo lo contrario. Para mí ha sido un divertimento brutal. Ha sido una vía de escape, como salir a jugar al patio. Tener la carta blanca de poder coger e inventarte una historia lo más loca posible y llevarla a cabo para mí ha sido mucho relax, quitarte la presión que tienes cuando haces una película.

—Rodrigo Sorogoyen: Aunque no es mi género, igual que Paco ha sido una diversión y una vía de escape. Cuando estás haciendo una peli estás muy metido prácticamente durante dos años de tu vida. Y aquí ha sido algo, por la duración y porque el guion ya partía de una base, mucho más inmediato y rápido, que te permitía divertirte.

¿Quién fue Chicho Ibáñez Serrador y por qué es importante recordarlo?

—Rodrigo Cortés: Es muy importante saber de dónde venimos por muchas razones, no por respeto a los abuelos o por perpetuación de una tradición, sino porque el lenguaje y los modos se construyen de una manera muy concreta y todos nos vamos subiendo a hombros de gigantes y nuestros gigantes se subieron a hombros de gigantes. (...) Acudir a esos orígenes te permite entender muy bien esas semillas y cuáles son esos principios básicos que en el fondo operan desde hace siglos y que hay que comprender muy bien para manejar la atención del espectador y gestionar el modo en el que atrapas.

—Rodrigo Sorogoyen: No sé si tristemente, pero ridículamente para mí es el creador del Un, dos, tres... Luego ya me di cuenta de que había hecho cosas mucho más bestias y mucho más importantes cinematográficamente hablando.

—Paco Plaza: Para mí es una persona muy importante a nivel profesional y personal. Es la persona que me dio mi primer trabajo, que me despidió por primera vez y con quien tuve luego un reencuentro cuando hicimos las primeras Películas para no dormir en 2005. Ibáñez Serrador pasará a la historia del imaginario colectivo como creador del Un, dos tres..., y eso es así. Lo peculiar es que además sea un cineasta que solo ha hecho dos películas y que son dos obras maestras, lo que le convierte en una rara avis. Es como si Víctor Erice hubiera hecho La ruleta de la fortuna. Es una cosa insólita.

“Chicho fue un cineasta prodigioso con solo dos películas y un icono del entretenimiento”

“Es una ‘rara avis’. Es como si Víctor Erice hubiera hecho ‘La ruleta de la fortuna’. Es una cosa insólita”