BILBAO. Julian Iantzi es un hombre que siempre tiene un proyecto en la mochila. Identificarle solo con El conquistador es quedarse corto. Se apunta a un bombardeo y se define como “un tío de retos”. Acaba de volver de un viaje por Australia para documentar el paso de la diáspora vasca que se fue a este país buscando mejorar su vida. Este trabajo se emitirá en ETB-1 y él está muy satisfecho con las historias que ha recogido. En cartera tiene por estrenar Ahotsak, también en el primer canal de Euskal Telebista, un concurso en el que 24 masas corales optarán a alzarse con premio. Y tras las vacaciones, le queda hacer las maletas para grabar la edición número 16 del reality de ETB-2.

Hace poco que ha regresado de Australia, ¿vacaciones?

-Trabajo, pero lo he hecho muy a gusto. Son documentales para ETB-1. Intentamos recuperar la memoria histórica de la emigración a este país. Los vascos fueron a trabajar allí la caña de azúcar o el tabaco.

Una emigración de la que se ha hablado poco en comparación con la que se dirigió a otros lugares del mundo.

-También estuvieron en minas y en el sector de la construcción. Esta emigración a Australia es la gran olvidada. Todo dios sabe que muchos vascos fueron a trabajar como pastores a América, pero de la emigración australiana poco se sabe. Vamos cincuenta personas, hemos llevado a la gente a los lugares en los que estuvo trabajando y que más tarde regresaron de nuevo a Euskadi.

Supongo que también quedan vascos y descendientes de ellos viviendo en Australia.

-Estuvimos en diferentes puntos australianos y se dieron encuentros muy emotivos. Había muchos que se conocían y que llevaban tiempo sin verse. Hemos estado en los campos de azúcar en los que trabajaron. Creo que tenemos un material muy bueno. Ha sido un viaje que podríamos considerar también turístico pero con muchas emociones.

Y de los documentales en Australia pasamos al mundo de los coros. Le pega usted a todo.

-A casi todo siempre que sea bueno y para bien. Ahotsak es un formato muy guapo, 24 coros, ocho galas y la final. Sigue un funcionamiento clásico, el ganador de cada gala llegará a la final. En cada una de ellas hay tres coros que cantan tres temas, los dos primeros los cantan en sus pueblos y son videoclips y la tercera la harán con nosotros en directo y a capela.

¿Cuál es el papel en de Hibai Etxebarria en ‘Ahotsak’?

-Es de Gernika y un experto en música, y en función de lo que escucha y ve en la primera canción les hace salir de su zona de confort y les propone un reto para la segunda. Creo que es un programa entretenido yo me lo he pasado muy bien. Tenemos muy buen nivel de coros.

¿Qué tal canta Julian Iantzi?

-Ja, ja, ja? Yo doy el cante más que cantar, tengo un gran chorro de voz, pero tengo la voz descontrolada. Eso que provengo de una familia de músicos. A lo mejor, si me pusiera las pilas, sacaría algo decente. El diamante está sin pulir?

Diamante, eh.

-Si es que llego a diamante, quiero decir. Pero cantar, la verdad, malamente, eso sí, con mucha potencia de voz.

¿Chico para todo en la tele?

-No sé cómo tomármelo?

Quería decir que hace usted formatos muy distintos.

-Soy un tío de retos al que le gusta pasárselo bien y aprender. En cada formato me aplico bien, hay que hacer lo que te piden. Lo que te digo, soy un tío de retos y tengo que ser camaleónico. Lo fácil es hacer lo que sabes y no esforzarte. Lo más sencillo sería hacer solo realities, es algo que domino. Me encanta aprender de otros registros y en cuanto me proponen algo me apunto sin ninguna duda ni rubor. Además, así estoy siempre motivado haciendo cosas nuevas, está guay.

Le gusta correr riesgos, ¿no?

-Claro. Al final, El conquistador está donde está y cualquier cosa que hagas y que no funcione resulta un riesgo. Pero voy, lo hago, lo intento hacer lo mejor posible y luego está la audiencia, eso es otra historia.

La última edición que se ha visto de ‘El conquistador’ ha roto todas las expectativas.

-La verdad es que sí. Es un caso digno de estudio. No lo digo yo, se dice a nivel de Euskadi y a nivel de España. Teniendo en cuenta cuál es la media de la cadena, que la tripliquemos es algo muy extraño. Es un programa que lleva quince años, intentamos innovar?

¿Es posible?

-Bueno, cambiamos de escenario, algunas pruebas? Pero al final, es sota, caballo y rey: pruebas de inmunidad, asaltos, asamblea, un duelo y el que pierde se va a casa. Lo más novedoso y lo que este año ha funcionado muy bien es el casting, es algo muy importante y el departamento es muy bueno. Sabe lo que queremos, a veces lo que encontramos no es lo que queremos, es mejor. El éxito siempre ha radicado en eso, sobre todo el de este año, hacer un buen casting. La gente ha dado mucho juego.

¿No se aburre de hacer este ‘reality’?

-No. Aunque he dicho que es sota, caballo y rey, la novedad son los concursantes, ellos siempre son nuevos.

Y a estas alturas del concurso llegan muy resabidos, ¿o no?

-Sí, claro, ese es para mí el reto. Cada vez llegan más sabidos o resabidos. Es muy difícil dirigir a un equipo que sabe perfectamente por dónde vas a ir.

Un reto que pone a prueba su paciencia.

-Sí. Está claro que sí. Me tengo que reinventar para que no me vean venir de lejos. Lo intento y uno de mis retos es que me tengan respeto.

¿Lo consigue?

-En la mayoría de los casos sí. Cuando llegan allí y ven lo que hay, y que cuando Julian se cabrea, se cabrea de verdad, dicen: Ostias, cuidado con este que se enfada de verdad. Mi trabajo es dirigirles y no darles demasiada confianza, ser un juez lo más justo posible.

¿Es duro?

-Cuando tengo que apretar, aprieto. Pero también es cierto que cuando tengo que aflojar, lo hago sin problemas. No es aburrido porque todos los años es un nuevo reto. Cuando hagamos la edición 16, el reto será no bajar la audiencia que hemos tenido en la 15. Mira tú si no va a ser un reto suficientemente. No siempre está en nuestra mano, pero yo voy a intentar hacer todo lo posible para igualar los registros, eso como mínimo.

¿No le han llamado de ninguna otra cadena para tentarle con un ‘reality’?

-Siempre hay ruido, siempre parece que tu nombre suena, alguna cosa me han dicho, pero no me ha interesado. El conquistador se conoce en mucho sitios, pero los que venimos de fuera, hablo de cara a las cadenas de Madrid, lo tenemos mucho más complicado. Las cadenas grandes tienen sus propios presentadores en nómina o con contratos blindados, todo lo que sea contratar a uno de fuera es seguir pagando al de casa y al de fuera. No es fácil, pero el río siempre suena.

Dentro de poco le vemos haciendo la maleta de cara a otra edición de ‘El conquistador’.

-Hay diferentes departamentos en el programa que estarán ya trabajando. Es necesaria mucha gente para este programa. Cuando estamos allí, somos doscientas personas trabajando, pero aquí también hay un gran equipo detrás?

¿Me puede??

-¿Adelantar? Nada, como siempre. Además, tampoco yo sé muchas cosas. Lo único que te puedo decir es que será un mes intenso, un mes de sol a sol y a veces hasta de noche, como ha ocurrido en la decimoquinta edición y a darlo todo. Ha sido una locura, el año pasado perdí siete kilos?

Mucho mejor que la operación bikini.

-Ja, ja, ja? Eso es cierto. Fíjate, hay quien dice que vivo muy bien y perdí siete kilos.

¿Tiene ganas de marcharse?

-Es como todo, tienes y no tienes ganas. Pero cuando te vas te olvidas de todo y disfrutas lo que puedes. Yo lo paso bien, a la vuelta descanso un poco, estoy con la familia y luego otra vez a empezar a pensar en nuevas historias.

¿Algún otro proyecto entre manos?

-¿Te parece poco? Ideas siempre surgen, pero de momento voy servido. Ahora estoy de vacaciones en La Rioja y aprovecho para estar con la familia, los amigos, andar en bicicleta. El tiempo es bueno, calor durante el día y refresco a la noche. Es estupendo.