Un sistema para explicar cinco niveles de teletrabajo

La tesis central es que a mayor trabajo asíncrono, mejor es el teletrabajo. ¿Os suena esa sensación de que sois menos productivos teletrabajando? ¿Puede ser por la cantidad de interacciones síncronas que tenéis? Las razones que expone el autor me han resultado muy relevantes porque, sin saber que existía esta pirámide, por puro sentido común, he tratado de usarlas en mi día a día.

Trabajar asíncronamente mejora la calidad de tu trabajo. Lo primero que debes buscar es que tu trabajo sea autocontenido. Es decir, interpretable por cualquiera. Lógicamente, llamar o chatear es más cómodo para el cerebro, que busca optimizar esfuerzos constantemente. Pero escribir es muy útil para poder reutilizar lo que uno traslada. Y, lo más importante: lo asíncrono permite respetar el tiempo de los demás. Trabajar concentrado es un placer del que no es fácil disfrutar en la era de las notificaciones y las interrupciones (tengo todas desactivadas en el móvil). Si yo no llamo síncronamente, respeto a que cualquiera tenga derecho a la concentración. El libro Remote, de David Heinemeier, que data de 2013 y leí hace tiempo, ya hablaba de esto. Pero, claro, nadie preveía que llegaría una pandemia por aquel entonces, así que eran libros que leíamos cuatro amigos.

Por estas cuestiones, me llama la atención que se hable más del concepto del trabajo remoto pero menos del trabajo asíncrono. Esto último es para mí la gran herencia que nos dejará esta pandemia. Os confieso que, en una era en la que resulta tan fácil comunicarse, a veces es muy difícil entender que un buen email es el mejor canal y medio de comunicación. Ni corto ni largo. Al grano. Avanzando sobre los problemas. Contextualizando. Nuestra adaptación masiva al trabajo remoto ha acelerado un movimiento que no solo cuestiona cuándo es necesario estar en la oficina, sino también la comunicación en tiempo real y los horarios de trabajo sincronizados. Los datos hablan por sí solos en un estudio de Quartz: el 90% de los trabajadores se pasa 5 horas al día revisando aplicaciones de mensajería (!). El tiempo de las reuniones se ha reducido un 20% desde que comenzó la pandemia. El 25% de los trabajadores aceptaría una rebaja salarial a cambio de mayor flexibilidad laboral. En una era en la que la competencia por el talento será mayor que nunca, me parece importante considerar esto. Y, sobre todo, fomentar el trabajo autónomo y asíncrono, que parece subyacer a esos números que presentamos.

Otro de los elementos que sale en los citados estudios son los motivos detrás de esa inercia humana a la comunicación síncrona. Algunos dicen que lo prefieren porque se aseguran que se haga lo que tienen en mente. Que es más fácil y efectivo. Fácil será, ¿pero efectivo? La pregunta sería si se logra un mejor compromiso del empleado. La tecnología nos ha traído muchas formas para comunicarnos. Pero parece que también, más oportunidades para mentir. Otro fascinante estudio de Nieman Lab, nos viene a exponer cómo mentimos más cuando nos comunicamos de forma síncrona (teléfono o videollamada, y también cara a cara) que cuando lo hacemos de forma asíncrona (email, redes sociales, etc.). Por ejemplo, en las redes sociales, que se han convertido en el medio principal para interactuar con otras personas, se produce incluso más compromiso que en persona.

Persiste una percepción errónea de que la comunicación on line o a través de la tecnología, a diferencia de en persona, conduce a interacciones sociales de peor calidad y más superficiales. La gente a menudo cree que solo porque usamos la tecnología para interactuar, la honestidad es más difícil de conseguir. Una idea interesante sobre la comunicación humana que nos debe hacer pensar.

Trabajar asíncronamente mejora la calidad de tu trabajo. Lo primero que debes buscar es que tu trabajo sea ‘autocontenido’. Es decir, interpretable por cualquiera