MADRID. De manera coordinada, la firma californiana ha puesto a la venta en 30 países tres versiones del iPhone 11 (la decimocuarta generación), con precios que en España oscilan entre los 809 euros de la versión más económica y los 1.659 si se trata del Pro Max con 512 gigas, aunque se permite pagar a plazos y obtener descuentos si se entrega un aparato de generaciones previas.

"¡Aquí estoy desde las doce y media de la noche, como hago cada dos años! Me encanta el ambiente que se crea en la cola y se conoce a mucha gente", explicaba a Efe Raúl Núñez, de 45 años, minutos antes de que abriera sus puertas la tienda de Apple en la Puerta del Sol madrileña, donde se encuentra el kilómetro cero español.

Aunque este viernes han vuelto las colas a las tiendas de Apple, éstas distan mucho de la expectación generada hace años. Entre los primeros de la formada en Madrid, este hombre del mundo del espectáculo asegura querer su móvil tanto para tareas profesionales de producción como para uso personal.

"Para todo, lo uso absolutamente para todo y por eso no me importa invertir en ello", explicaba, algo disgustado por la decisión de Apple de dar prioridad en la entrada a los que acudieron a la tienda con reserva, que no han llegado con una antelación superior a las dos horas.

Los días de lanzamiento Apple reserva algunos dispositivos para venderlos sin haber sido reservados, lo que alimenta estas colas que tanta publicidad hacen a la marca en los días de lanzamiento de nuevos productos.

Núñez era uno de los escasos nacidos en España que encabezaban la fila de quienes se presentaron en la tienda sin reserva. El primero, que llevaba esperando desde las once de la noche, era el costarricense Sleyter Angulo.

Así, él fue el primero en hacerse con un iPhone 11 -concretamente en su versión Pro y de color gris espacial- tras ser recibido en el establecimiento por un pasillo de aplausos organizado por los vendedores -conocidos como "genius"-, que ya le tenían preparado su modelo.

Tras este estudiante en Ciudades Inteligentes y empleado informático en Datisa, se encontraba el colombiano Rodrigo Zaray, de 18 años, dispuesto a comprar dos iPhone 11 Pro Max de 256 gigas (1.429 euros), uno para él y otro para la empresa en la que trabaja.

El tercero de la fila -por la que hacia las seis y media se ha repartido un desayuno a cuenta de Apple- era el iraquí de 25 años Dilo Abdulkavim, que, según ha explicado a Efe, tras tres años viviendo en España tiene un bar de tapas en el distrito madrileño de Moratalaz y se ha hecho con el iPhone 11 más caro, en color oro.

Los siguientes eran de México, República Dominicana y el peruano-brasileño Valentín González, estudiante de Administración de Empresas que ha explicado a Efe que los 1.250 euros que iba a gastarse en su iPhone 11 los iba a pagar con lo ganado en los trabajos de verano que ha tenido en construcción y reformas.

Como en este establecimiento madrileño, en muchas otras ciudades del mundo se van repetido imágenes similares, comenzando por Australia, hasta completar una treintena de países, aunque las filas están muy lejos de las aglomeraciones vividas con el lanzamiento de las versiones iniciales.

Para elevar aún más la expectación, Apple ha hecho coincidir el lanzamiento mundial del iPhone 11 con la reapertura de su más emblemática tienda: la de la Quinta Avenida de Nueva York, que ha sido ampliamente reformada para la ocasión, con casi el doble de espacio desde que en 2006 la inaugurara el propio Steve Jobs.