El Gobierno italiano firmó este jueves cuatro decretos que buscarán ofrecer más información a los consumidores sobre alimentos que "no se encuentran en la dieta tradicional" y que, entre otras medidas, obligará a los supermercados a separar las harinas fabricadas con insectos del resto de productos.

"Hemos previsto estanterías especiales donde se pueden exponer dentro" estos productos, de modo que "quien consuma grillos, larvas, langostas o saltamontes pueda ir allí y quien no quiera, como imagino que pasará con la mayoría de los italianos, pueda mantenerse alejado", anunció el ministro de Agricultura, Francesco Lollobrigida, en una rueda de prensa.

Los decretos, aprobados por los ministerios de Agricultura, Made in Italy y Sanidad, prevén también especificar en las etiquetas el origen de los productos que utilicen insectos como ingrediente, especificando "los riesgos que conlleva su consumo y la cantidad de harina de insectos presente" en ellos.

Las normas, añadió el ministro, "garantizarán a los ciudadanos italianos la plena conciencia de lo que comen" y convierten a Italia en "una nación a la vanguardia en estas cuestiones".

Tras la firma de los decretos, el Gobierno presidido por la ultraderechista Giorgia Meloni notificó a la Comisión Europea (CE) las medidas, que deberán recibir el visto bueno de la UE antes de entrar en vigor.

Por su lado, el ministro del Made in Italy, Adolfo Urso, aseguró que la nueva normativa protegerá "la dieta mediterránea, que se encuentra entre las excelencias que muestra Italia al mundo".

La decisión del Ejecutivo italiano llega meses después de que la CE aprobara la comercialización del grillo doméstico en polvo como ingrediente alimentario.

Tras la decisión de las instituciones comunitarias, las redes sociales se llenaron de mensajes en los que se aseguraba que los consumidores comerían insectos sin saberlo, aunque la legislación obligaba ya a especificar en el etiquetado la presencia de este tipo de ingredientes en los alimentos.