OTRA vez una jornada a tope, desde salida hasta meta. Al empezar la etapa ha ocurrido una cosa un poco curiosa. Deceuninck ha frenado la carrera para intentar un paro unificado o algo parecido para controlar la fuga fácil, ya habían arrancado tres, y coger los puntos del esprint. Nos hemos hecho un hueco y hemos tirado para delante como hemos podido. La verdad es que a partir de ahí, ha habido mil ataques. El Bahrain se ha puesto a marcar el paso pensando en los puntos. Después del esprint lo hemos intentado Ion y yo en el Tourmalet. Sabíamos que iba a saltar gente y queríamos estar ahí. En la mitad de Tourmalet he decidido arrancar, pero no había nada que hacer porque por detrás el Ineos ha tirado a tope. En la bajada no he querido arriesgar porque sabía que no iba a ninguna parte. La entrada a Luz Ardiden ha sido muy violenta. Un ritmo imposible de seguir. Tras el esfuerzo del Tourmalet era una tontería intentar seguir en esa pelea. La etapa ha sido corta, pero muy, muy intensa. Otra vez hemos asistido a otra exhibición de Pogacar, que ha demostrado que es el más fuerte de largo de este Tour. Las fuerzas son pocas y ya miramos hacia París.