En su reciente aparición en El Hormiguero, Yurena ofreció una entrevista cargada de emociones reales, que sacó a la luz años de sufrimiento detrás de su carrera. Uno de los momentos más impactantes fue cuando confesó: “Me intenté quitar la vida dos veces”. Esa declaración no fue aislada: habló sin filtros del acoso público, de las burlas, de las presiones que sintió cada vez que pisaba un plató, y del dolor que le generaba que no solo la juzgasen a ella, sino también a su madre.

También contó por qué odia su canción “No cambié”: para ella, ese tema “me trae malos recuerdos”, pues la asocia con un momento de su vida en el que todo se le vino encima: el éxito, sí, pero también las injusticias, el linchamiento mediático, y una autoestima que se desmoronaba. En El Hormiguero, entre lágrimas, Yurena relató que muchas veces pensó que “quería desaparecer”, que lo que hacía no valía tanto como el daño que le hacían. “Si volviera atrás sabiendo lo que iba a pasar, no me hubiera dedicado jamás a nada que tuviera que ver con el mundo artístico”, dijo con firmeza.

Un pasado doloroso

Yurena ha narrado con crudeza los episodios más oscuros de su vida y ha confesado que en sus peores momentos consumió pastillas con la intención de no despertar. En la entrevista, Yurena abrió en canal uno de los capítulos más duros de su vida. Recordó que entre finales de los 90 y mediados de los 2000 vivió un auténtico “linchamiento absoluto”, en sus palabras: “Injurias, calumnias, humillaciones, vejaciones… pero es que esto no era solo en un programa, era en todos. Durante cuatro o cinco años era en prácticamente todos los programas, emisoras de radio, revistas, periódicos”. Aquella presión mediática constante la llevó a sufrir ataques de ansiedad que tuvieron que ser atendidos en platós y camerinos.

El hostigamiento fue tal que, según relató, llegó un punto en que no podía más. “En el año 2006 yo ya no podía más. Era mi salud o perderla. Intenté irme dos veces”, confesó con la voz entrecortada, confirmando que esas palabras significaban un intento de suicidio. La cantante añadió que prefería no verbalizarlo del todo porque no sabía “si se podía decir”, a lo que Pablo Motos le respondió: “Se puede decir todo”. Con esa confesión, Yurena dejó al descubierto no solo el dolor personal que sufrió, sino también las consecuencias devastadoras que puede tener el escarnio público cuando se convierte en rutina televisiva.

Yurena en El Hormiguero Antena 3

Fue su madre quien la encontró, al borde del abismo, y la salvó. Relata que en esas horas devastadoras solo quería que todo parase, que el ruido de los insultos y de la vergüenza se callara. “Me avergüenzo y arrepiento de haberlo intentado. ¿Quién me salvó? Mi madre, por minutos. Ahora podría no estar aquí”, dijo. Ese episodio marca un antes y un después en su vida, uno que quisiera que se entienda no solo como un grito de ayuda, sino como una advertencia sobre lo que el acoso mediático y el abuso pueden generar dentro de alguien.

La carrera y el peso de la fama

Yurena se hizo conocida en los inicios de los 2000 con temas como “No cambié”, convirtiéndose en un referente del pop. Pero detrás del escenario, su trayectoria estuvo marcada por altibajos emocionales. Confiesa que el acoso mediático que padeció tras convertirse en figura pública la hizo sentirse “como una apestada”, y que la exposición constante, las críticas y las injurias la llevaron al límite.

Yurena habla con Pablo Motos

Yurena habla con Pablo Motos Antena 3

Fue su madre, Margarita Seisdedos, quien en más de una ocasión la salvó; literal y simbólicamente. En esos momentos críticos, ella fue su apoyo, su escudo y su esperanza. Yurena admite que sin ese sostén no sabe si estaría donde está hoy. Ahora reconoce que hay arrepentimientos, que muchas decisiones le costaron caro, incluyendo su salud mental.