Durante semanas, los Yocahu se habían posicionado como un grupo sólido e imbatible. Su dominio parecía inquebrantable, y muchos apostaban por una final teñida de su color. Sin embargo, la unificación ha sido un punto de inflexión que ha dinamitado sus aspiraciones. El último golpe ha sido demoledor: la eliminación simultánea de dos de sus integrantes más visibles, El Killo y Unai, tras un duelo en las temidas 'Escaleras al cielo'.

La doble salida no ha sido fruto del azar ni del desgaste físico habitual, sino del colapso mental de uno de ellos, que terminó arrastrando al otro. Lo que debía ser una oportunidad de demostrar fortaleza y unidad, terminó marcando un antes y un después en la estrategia del resto de concursantes.

El duelo que lo cambió todo

El formato del duelo ya anticipaba drama: una prueba por parejas donde ambos participantes dependían del rendimiento conjunto. El reto, de gran exigencia física y mental, exigía coordinación, comunicación y templanza. Pero la pareja formada por El Killo y Unai mostró todo lo contrario.

Desde el inicio, El Killo evidenció enormes dificultades con los nudos, clave en la primera fase. Su ansiedad crecía con cada intento fallido y, lejos de encontrar apoyo en Unai, se encontró con la pasividad. Sin indicaciones, sin palabras de aliento, sin guía. Finalmente, el gaditano se bloqueó por completo, incapaz de continuar, y con ello firmó su propia sentencia y la de su compañero.

El público fue testigo de una de las eliminaciones más frustrantes de la temporada. Unai, atónito, observó cómo su aventura llegaba a su fin sin haber tenido la oportunidad de entrar en acción. Su eliminación no fue por falta de habilidad o estrategia, sino por un error ajeno del que no pudo zafarse.

La resurrección de los Guabán: Maider y Jontxu tocan el cielo

Mientras unos caían, otros resurgían. Maider y Jontxu, al borde de la eliminación en semanas anteriores, se reivindicaron en el mismo duelo. Aprovecharon los errores ajenos para tomar la delantera desde los primeros minutos y, aunque Álex y Xego les pisaron los talones tras resolver los nudos con rapidez, lograron mantener la ventaja.

El duelo se decidió por detalles. La tensión fue máxima, pero finalmente los antiguos Guabán consiguieron tocar el banderín antes que sus rivales, sellando así su permanencia. Su victoria no solo les da oxígeno, sino que reconfigura el mapa de alianzas, especialmente con la posible apertura a una colaboración con los rojos, ahora que sus antiguos aliados comienzan a escasear.

La prueba de inmunidad que desata el caos

Todo comenzó en una prueba inédita de equilibrio llamada 'Tentetieso', donde los concursantes debían permanecer el mayor tiempo posible sobre un poste. La ganadora fue Raquel, que demostró una sorprendente estabilidad física y mental. No dudó en premiarse con una semana de comodidades y arrastró consigo a Carra, generando ya un quiebre en su grupo.

El resto de los participantes repitieron la prueba para determinar a los posibles duelistas. El resultado fue más devastador de lo esperado: cuatro perdedores directos. Álex, Maider, El Killo y Unai se convirtieron automáticamente en candidatos al duelo sin saberlo en ese momento. Más tarde, Jontxu fue elegido por votación en la Cueva de las Caracolas, y Raquel nominó directamente a Álex, dejando claro que las viejas alianzas empiezan a resquebrajarse.

Un futuro incierto y una convivencia al límite

La tensión ha alcanzado cotas peligrosas. La falta de comida, las traiciones latentes y la creciente división entre exYocahu y exGuabán están quebrando la convivencia. La reciente discusión entre Marcela y Carra es solo una muestra del clima enrarecido que se vive en el campamento.

La eliminación de El Killo y Unai no solo debilita a los suyos, sino que obliga a replantear alianzas. Maider y Jontxu, que han demostrado ser competidores resilientes, podrían ser la bisagra entre los bandos. Su regreso tras la victoria les posiciona como piezas clave en esta recta final donde todo está por decidirse.

Con la final cada vez más cerca, los nervios están a flor de piel y nadie parece tener garantizado su sitio. El más mínimo error puede costar la aventura. Y si algo ha quedado claro tras este episodio, es que incluso los más fuertes pueden caer. O ser arrastrados por la debilidad de otros.