Reducir diferencias y derribar fronteras

TRAStoda una vida cinematográfica dedicada a la interpretación, Franck Dubosc -Camping (2006), Disco (2008)- toma por primera vez los mandos de la dirección con Sobre ruedas, una comedia romántica cuyo guion también ha escrito y que él mismo protagoniza, en una película que relata una historia de amor fundamentada desde una diferencia no cultural ni social, sino física.

Esta es la historia de Jocelyn, un hombre de negocios de gran éxito, que además de ser un casanova no puede evitar ser también un mentiroso compulsivo. De hecho, está tratando de seducir a una joven haciéndose pasar por inválido, pero sus planes se dinamitarán cuando ella le presente a su hermana Florence, a su vez también inválida.

Una historia que parte de una experiencia personal, según desvela el propio Dubosc: “Cuando era pequeño, me enamoré de una niña con un estrabismo considerable... todo el mundo se burlaba de ella, pero yo la miraba con otros ojos. Y me pareció que la diferencia era una ventaja, ya que hay que ser muy valiente para aceptarlo y hacer vida con alguien diferente, y yo no estoy seguro de haberlo sido lo suficiente”.

Sí confiesa haber sentido peligro a la hora de redactar el guion, al tratar la invalidez desde un punto de vista cómico, pero concluyó que en la vida real, esas situaciones se terminan desarrollando de forma natural. “Cuando te cruzas con alguien impedido, primeramente se pone mucha atención a todo cuanto dice, pero cuando la relación se fija verdaderamente, ya no se presta ninguna en absoluto”, reflexiona.

En ese sentido, la actriz Alexandra Lamy, encargada de interpretar a Florence, la protagonista en silla de ruedas, apunta que el mensaje de la película es sencillo: “Sí se quiere, todo es posible, hay que luchar y procurarse los medios”. Todo ello narrado desde una relación diferente en la que las dificultades a las que se enfrentan los dos protagonistas en sillas de ruedas, son esquivadas con humor, a la par que la relación entre ellos crece de forma agigantada. “El amor permite pasar por encima de todo”, reflexiona Lamy, que si bien reconoce que tal vez sea un cliché esa reivindicación, concluye con un rotundo “el amor, aún hoy, permite reducir las diferencias y derribar fronteras”. Y su compañero y director del filme así lo corrobora: “Solo quería decir que es preciso interesarse en la gente por lo que son en su interior. Todos estamos de pie, si se quiere”, concluye.