bilbao - Cosmo estrena a las 22.15 Harlots: Cortesanas, unánimemente alabada por la crítica, que la ha definido como “una visión moderna del sexo en el siglo XVIII”. Este drama de ocho capítulos se introduce con gran realismo y desde una nueva perspectiva en el negocio de la prostitución en el Londres del siglo XVIII. Margaret Wells (Samantha Morton) y Lydia Quigley (Lesley Manville) son las dueñas de dos burdeles que compiten por captar a una numerosa y variada clientela, mostrando el auge de la que era una de las actividades comerciales más prolíficas de la época: el sexo.

Londres en 1763 parece la capital del mundo y se considera un lugar cosmopolita y adelantado a su tiempo. En algunas áreas, los prostíbulos se encuentran en casi todas las calles. Se calcula que una de cada cinco mujeres se gana la vida vendiendo su cuerpo. Harlots: Cortesanas presenta a Margaret, la propietaria de un burdel en un barrio popular de Londres, que lucha por sacar adelante a sus hijas: Charlotte (Jessica Brown Findlay), una glamurosa cortesana que busca su independencia y Lucy (Eloise Smyth), la menor de las dos cuya virginidad se vende al mejor postor en una ciudad y una época donde la prostitución no era legal, pero era una manera de sobrevivir. Las Wells rivalizan con otro burdel del Soho dirigido por Lydia, que ofrece a sus clientes los mismos servicios, pero con más refinamiento: sus chicas visten mejores ropas y viven en una casa mejor. Margaret deberá defenderse de los constantes ataques de Lydia, en una pelea a muerte por la supremacía de este lucrativo negocio.

punto de vista femenino El guión está inspirado en las historias de mujeres reales recogidas en un escrito que se publicó en el Londres de aquella época: Harris’s list of Covent Garden ladies. Es una completa lista de nombres, características y cualidades de las prostitutas de la época que ha servido como base para la creación de Harlots: Cortesanas. La serie aborda desde una perspectiva original y única la forma que tenían aquellas mujeres de encontrar su independencia en un tiempo en el que los hombres tenían el control absoluto de todo. Además de ser una espectacular serie de época con una fotografía impecable y de relatar historias de mujeres reales como nunca antes se habían contado, una de las claves de su éxito radica en que está escrita, dirigida y producida por mujeres. Las chicas de Harlots: Cortesanas no son intencionadamente glamurosas ni eróticas. Como dice una de sus productoras, Alison Owen, “la historia está contada a través de la mirada de estas mujeres y no con la mirada puesta en ellas. Lo importante es cómo ven el mundo y no cómo son vistas por los hombres”.

La serie muestra sin tapujos la prostitución sin censurar los peligros que suponía. Perspectiva realista y de empoderamiento femenino que afecta la forma en la que se retrata la sexualidad de las mujeres: sus personajes son complejos y astutos y al igual que sus clientes tienen también ambiciones y metas para prosperar en la vida. Emplean el sexo para convertirse en independientes. - M. Peña