La indefensión ante la felicidad

El noruego Joachim Trier no titubea en un filme que parece una seda: empieza extirpando un monstruo (la manifestación del malestar del protagonista) y al rato, la película se estabiliza como un relato que privilegia una dirección diáfana y lúcida sobre la indefensión del hombre contemporáneo en un Estado del bienestar. Trier lleva la sinceridad y la transparencia al extremo: como la entrevista de trabajo en la que el candidato se sincera y se marcha. Estamos en Oslo, una ciudad, una presencia y una idea.

El director tiene una concepción clara del relato, por lo que crea escenas culminadas en la honestidad de la vida cotidiana. Tan fácil como difícil. Por eso mismo, celebramos que, como a la estela de Bresson o Rohmer, busque el máximo efecto con elementos mínimos en torno a la duda o la preocupación.

Es interesante el uso del espacio o la elegancia del steadycam que persigue a los personajes. No existe un final feliz sino un final complementario: la felicidad es algo que puede ser compartido. Como sentirse maldito rodeado de brotes verdes veraniegos.

Director: Joachim Trier. Guionistas: Joachim Trier, Eskil Vogt. Reparto: Anders Danielsen Lie, Hans Olav Brenner, Ingrid Olava, Øystein Røger.