Bilbao. Kike Amonarriz vive a fondo esta semana de Carnaval y le encanta sobre todo el momento de la diana, a las 8 de la mañana de hoy domingo. "Es cuando los tolosarras empezamos a disfrazarnos", explica, pero no hay manera de sonsacarle nada más porque, como en la tele, dice que "el efecto sorpresa es muy importante". Con Ilaski Serrano como pareja televisiva, una de sus aspiraciones desde el principio es conseguir "un programa aglutinador de todos los mihiluzes de Euskal Herria e incluso de fuera".

¿Sabe cuántos concursantes han pasado por el programa y si hay mayoría clara de algún territorio?

Contando niños, jóvenes y mayores, unos 2.000. Para una comunidad lingüística no muy grande, es una cifra muy buena. En cuanto a la procedencia, se repite un poco la situación sociolingüística del país. Como Gipuzkoa y Bizkaia son las zonas con más euskaldunes, de ahí procede la mayoría de los concursantes. También tenemos muchos de la zona euskaldun de Navarra y una amplia participación de Iparralde. Y cada vez vienen más de la Ribera de Navarra, de la Margen Izquierda y de fuera de Euskal Herria. Hemos tenido euskaldunes argentinos, californianos, ecuatorianos...

Cuando empezó "Mihiluze", ¿se imaginó que iba a durar cinco años?

No, ni mucho menos. Siempre tienes la esperanza de que la fórmula funcione, pero la televisión es un mundo con muchas incertidumbres. Si en aquel momento me hubiesen dicho que íbamos a sobrepasar los 800 programas, me hubiese dado un síncope.

Empezó siendo semanal y se ha ido expandiendo...

Arrancó como semanal y esta es la quinta temporada de concurso diario. Primero se emitió de lunes a jueves y después incluso el viernes, ...y hasta el sábado cuando ha habido ediciones infantiles. La respuesta de la gente está siendo muy buena y eso nos emociona.

Además su éxito se inició cuando los concursos estaban en declive...

Es verdad que cuando empezó Mihiluze la oferta de concursos era casi nula y hubo muchas dudas para emitirlo, encima en prime time. La dirección de entonces hizo una apuesta muy clara y yo siempre se lo agradeceré.

Esta temporada ha habido novedades en el plató. ¿Eso afecta a los presentadores?

Teníamos dudas sobre los colores que estamos utilizando ahora, pero han funcionado muy bien y creo que han dado un aire más moderno al programa. Los espectadores pueden ver que estamos esforzándonos en renovar a la vez que mantenemos la oferta troncal.

Este año también hay pruebas nuevas...

Todos los años nos gusta variar y teníamos dudas en Esamesak, que es una de las pruebas que más se identifican con Mihiluze. Creo que hemos sido el primer programa que ha utilizado los sms como prueba de un concurso en televisión y además lo hemos hecho en euskera, es algo de lo que estamos muy orgullosos. Veíamos que nos convenía hacer algún tipo de renovación y hemos insertado la prueba de la Anabasa, en la que hay que ordenar las palabras para llegar a completar la pista. También hemos cambiado la manera de jugar en formato crucigrama, pero las variaciones no han sido muy grandes.

"Mihiluze" tiene una versión en catalán en TV3, "Bocamoll". ¿Qué siente al verla?

Como director del programa he tenido una relación muy directa con ellos y seguimos en contacto. Eso nos permite contrastar qué funciona en cada lengua, qué tipo de criterios son similares, intercambiamos material a nivel de contenidos, etc. El mercado televisivo es muy difícil y también exportar formatos. Que la televisión catalana haya aceptado uno creado en euskera es un orgullo. La lengua no es ninguna dificultad para acceder a otros mercados y no tenemos que tener ningún complejo.

Además, "Mihiluze" tiene tres juegos de mesa y una edición para PC. En cuanto el concurso pasó a ser diario nos dimos cuenta de que era un formato muy potente que podía dar lugar a juegos en la red, juegos de mesa para euskaltegis, familias, gaztetxes, etc. Las dos primeras ediciones se agotaron en cuanto las sacamos y la tercera está a punto de terminarse. Luego tuvimos la oportunidad de editar un juego para PC, que ha funcionado bastante bien. Hemos intentado que Mihiluze no sea solo un programa televisivo, sino que sea una marca desde la que se pueda generar otro tipo de ofertas. También nos llena de satisfacción enterarnos de que en fiestas de pueblos, en euskaltegis, etcétera están realizando muchos mihiluzes.

Un espacio multimedia de verdad...

Uno de nuestros objetivos era precisamente socializar la función lúdica del euskera, disfrutar todos con el idioma. Ver que esa propuesta ha trascendido del ámbito televisivo y que en este momento se está jugando en clave mihiluze en escuelas, familias y sociedades..., hombre, ¡eso emociona!

¿Cómo llega un filólogo a ser uno de los rostros más conocidos de la televisión vasca?

La vida está llena de sorpresas y es un cúmulo de casualidades. Yo estudié Filología, trabajé como profesor de euskera y luego fui técnico de euskera (tanto en el grupo de euskera de Tolosa como en el Ayuntamiento). Siempre he procurado conseguir que el euskera sea una lengua útil, atractiva y en la que podamos divertirnos. Sabíamos que en Iparralde se hacían unas irri gauak, unas cenas humorísticas. Nos juntamos varios a los que nos gustaba el tema del humor y organizamos una cena. Aquello funcionó y nos vimos contando chistes por todo Euskal Herria. Tengo publicados cuatro cassettes de chistes, cinco libros, una sección semanal en Argia... y a raíz de eso me llamaron de Euskal Telebista.

¿Y qué pasó?

Enseguida llegó una colaboración semanal con Hitz eta Pitz, en 1987. Después comencé a colaborar como guionista en Funtzioa, también con alguna aparición esporádica; y después di el salto a Hau da AU -la primera sitcom en euskera-, protagonizada por Elena Irureta y Aizpea Goenaga, en la que yo era su secretario particular. Ahí empezó todo y sin pararme a pensarlo estaba ya en el mundo del espectáculo.

Así que no tuvo que pensárselo...

Cuando Aizpea y Elena me dijeron a ver si me animaba a participar en una comedia de situación en euskera, yo le di muchas vueltas y el 99% de las razones que veía eran para decir que no. Y dije sí.

¿Se ha arrepentido?

¡Nooo! Ha sido muy enriquecedor poder trabajar el tema del euskera desde ámbitos tan diferentes como la sociolingüística, la normalización lingüística y la televisión.

¿Qué piensa cuando repasa sus inicios en la pantalla?

Tengo un poco la sensación de haber sido un absoluto inconsciente. A veces hay que tomar decisiones sin tenerlas todas contigo, arriesgar y trabajar mucho. También debo decir que en los equipos en los que me ha tocado trabajar siempre he tenido profesionales de primera línea, lo que me ha ayudado mucho tanto en el ámbito televisivo como en el sociolingüístico.

¿A qué se deben los paréntesis en su trayectoria televisiva?

Normalmente para mí la televisión ha sido una actividad secundaria. Hasta hace una década siempre he trabajado en sociolingüística y el ámbito televisivo y el humorístico eran una segunda parte. Hasta que en un momento dado tuve que elegir y opté por la farándula.

Siempre en ETB-1, siempre en euskera. ¿Se imagina trabajando en castellano?

No, yo siempre he trabajado en ámbitos de normalización lingüística y lo de entrar en televisión fue para crear nuevos campos al euskera, para reforzar su aspecto lúdico. Mi preocupación siempre ha sido trabajar a favor del euskera. No me planteo trabajar en otra lengua.