bilbao. Nuria Mencía da vida a Doña Juana, la mujer de Don Antonio, papel interpretado por Hugo Silva. Él es el amante de Ana Mendoza, la princesa de Éboli. Juana, una mujer comprensiva que incluso ayuda a los amantes. Dice que una mujer de su época, no es "ciega", tampoco "tonta", pero está totalmente enamorada del hombre que le es infiel. Como actriz el papel le llegó muy dentro y cree que es un "bombón" para cualquiera que ame la interpretación.

Un difícil triángulo amoroso, ¿no?

Me imagino que como todos. Soy una mujer del siglo XVI y estoy totalmente enamorada de mi marido Don Antonio Pérez. Doña Juana no es una mujer tonta; es realista y nada ciega. Sabe de la relación de su esposo pero lo acepta.

¿Con resignación cristiana?

Estamos hablando de una mujer del siglo XVI. Lo bueno de Doña Juana es que es una tía valiente. Deja a un lado sus sentimientos de tristeza y, a pesar de saber que le están siendo infiel, llega a ayudar a los dos amantes en todos los problemas que tienen. A él, le ayuda a escapar de la cárcel.

¿No es demasiado buena?

Sí, pero eran otros tiempos, le tocaba aguantar y tragarse su orgullo.

Un papel apetecible.

Cuando empecé a leer el papel, me enamoré de él. También me apetecía mucho el elenco que había para hacer este trabajo. En una cosa tan de época es muy importante que haya mucha verdad interpretativa. El personaje es un bombón.

En televisión ha hecho muy pocos trabajos

Fundamentalmente he hecho teatro y cine. Alguna cosa que he hecho en televisión no ha funcionado demasiado. Estoy ahí, a la espera de otros proyectos. No importa esperar a hacer cosas si luego salen proyectos tan buenos como éste. Me gusta dar el cien por cien, entregarme a cada trabajo en cuerpo y alma. Me gustaría trabajar en un montón de serie estupendas que se están haciendo ahora, pero no depende de mí, si no de las productoras, de las cadenas…

¿Le gusta cambiar de época?

Es muy apetecible. Cambio de registro, pero mi forma de trabajar es la misma en un papel de época que en uno actual. Me gusta hacer personajes de carne y hueso, que no sean de vestidos muy bonitos, pero vacíos por dentro. Se tiene que notar las tablas de la gente de detrás.

Dos capítulos, ¿se queda corta?

No, realmente, la historia de la princesa de Éboli que se conoce es ésta. Aunque nunca puedes saber lo que pasó exactamente. Creo que es suficiente, los personajes están muy narrados. Es muy emocionante cómo se cuenta la historia de amor que Ana Mendoza tuvo con Antonio Pérez, el secretario de Felipe II.

¿Tiene algún proyecto entre manos?

Sí, uno muy importante: voy a ser madre, ese es mi proyecto más importante. Es personal, pero me llena mucho. A nivel de trabajo supongo que irán saliendo cosas. Paso a paso.