La fiscal del caso del neonato que murió tras ser arrojado a un contenedor en Porto Cristo en noviembre de 2023 ha sostenido este lunes, al inicio de la vista pública con jurado popular, que "la bebé nació viva y que llegó caliente al hospital".

Ha sido en la explicación de su escrito de conclusiones provisionales a los miembros del jurado popular que juzga por asesinato a la madre y al tío y por omisión del deber de socorro a la tía de la criatura.

"A la bebé la mataron porque la tiraron al contenedor y la abandonaron", ha señalado la representante del Ministerio Público en su informe inicial. En su exposición preliminar, la fiscal ha considerado que los acusados "querían desaparecer porque tenían claro que en aquel estado prematuro, sin los cuidados adecuados, la criatura iba a morir".

"Solo se preocuparon de huir y uno se encargó de tirar el bebé al contenedor y otra de limpiar y desaparecer", ha insistido.

Defensa

La defensa de la madre, por su parte, ha admitido que lo que hizo la mujer es "una barbaridad", pero "ella no es una asesina". El letrado pide su absolución señalando que la acusada, que descubrió semanas antes que estaba embarazada, pensaba en todo momento que la bebé nació muerta.

El abogado ha avanzado que durante el juicio tratará de llamar la atención sobre las diferencias en las declaraciones durante la investigación, señalando que al inicio dos facultativos dijeron que el estado del bebé era incompatible con la vida. Según el letrado, además, en las autopsias faltan datos.

La defensa del tío de la bebé, acusado también de asesinato por ser, presuntamente, el que arrojó el bebé al contenedor, ha insistido en que el hombre no sabía que su cuñada estaba embarazada ni que estaba arrojando al bebé muerto en el contenedor. "Nunca se podía imaginar que había depositado un feto humano", ha afirmado.

Esta letrada, contradiciendo a la fiscal, ha añadido que la prueba de que el bebé nació vivo y que era viable es "endeble".

El abogado de la tercera acusada, a quien se le atribuye un delito de omisión del deber de socorro, ha reiterado que no todo comportamiento éticamente reprobable es un delito. Volviendo a la tesis de que el bebé nació sin vida, ha apuntado que "no se puede socorrer a un muerto".

Testigos

En la primera sesión de la vista pública han declarado, entre otros testigos, la hermana de la madre de la criatura, a cuyo domicilio habría acudido a limpiarse. "Me dijo que había perdido al bebé", ha apuntado recordando el momento en que la acusada acudió a su domicilio, frente al cual habían aparcado, aunque señalando que no lo preguntó nada más. Según su relato, su hermana acudió vestida sólo con una camiseta, sucia de sangre y sin ropa interior.

También ha declarado una de las vecinas del bloque, que ha asegurado que vio cómo al tío de la criatura "se le caía una placenta" y que pensó que "debía de ser de algún animal muerto". En este momento del interrogatorio se ha reproducido una llamada al 112 de otra vecina que trasladaba a los servicios de emergencias que había visto cómo tiraban al contenedor "a un bebé o un animal" y que en un coche había una mujer "gritando y llorando".

En la misma línea, varios vecinos de la zona han coincidido en explicar que vieron al hombre tirando algo al contenedor y a una mujer dentro del coche en actitud nerviosa o asustada.   

Declaración de una médico

Por su parte, una médico del 061 que asistió a la llamada ha explicado que al llegar al lugar del aviso no encontró a nadie hasta que un agente de la policía local le dijo que habían llevado al bebé al hospital "corriendo" al ver que movía uno de los brazos tras rescatarlo del contenedor.

La facultativa, que colaboró luego en la reanimación en el Hospital de Llevant, ha reconocido que en un momento dado sugirió dejar las maniobras ante el estado del cuerpo del bebé. "Me dio la sensación de que no era viable", ha indicado.

La médico, que ha recalcado que para ella "era más un aborto", ha recordado que la báscula del cuerpo sin vida del bebé arrojó entre 140 y 160 gramos y que el cuerpo era "excesivamente pequeño", aunque "no acababa de fiarse" de este peso. La doctora ha apuntado que "no vio lesiones externas que pudieran implicar violencia".

A preguntas de la fiscal ha respondido en varias ocasiones que no puede asegurar que la criatura naciera sin vida. Según la doctora, el movimiento del brazo que refirió el policía pudo ser un espasmo. "Mi impresión es que era muy pequeño y que estaba al límite de la viabilidad", ha concluido.

"En la semana 25 de gestación en un buen hospital con una buena unidad de neonatos podría haber sido viable, pero habiendo nacido en la calle y atendido en un hospital comarcal, las probabilidades bajan drásticamente", ha afirmado.

La sesión de este lunes ha concluido con la declaración como testigo de una auxiliar de enfermería del centro hospitalario, que ha dicho que el bebé estaba "muy frío" y que trataron de proporcionarle calor. 

Petición de prisión permanente revisable

La Fiscalía les acusa de asesinato y pide que sean condenados a prisión permanente revisable. El Ministerio Público acusa a una tercera persona, presente en los hechos, de omisión del deber de socorro y le reclama una multa de 5.400 euros.

Los hechos juzgados tuvieron lugar el 3 de noviembre de 2023 cuando, según el escrito de acusación, la mujer, embarazada de 26 o 27 semanas, se puso de parto en el interior de un vehículo en el que viajaban su hermana y su cuñado. Después de dar a la luz y, a pesar de encontrarse en las inmediaciones de un centro hospitalario, la madre de la bebé entregó el cuerpo del neonato al hombre para que lo arrojara a un contenedor próximo y huir del lugar, según la versión de la fiscal. El juicio sigue en la Audiencia Provincial a lo largo de la semana y la declaración de los acusados, que han pedido ser interrogados en último lugar, se espera para el viernes.