La Guardia Civil ha desarticulado un grupo criminal especializado en extorsiones sexuales a través de internet. Al parecer, suplantaban anuncios de servicios sexuales para captar a sus víctimas y exigirles pagos mediante amenazas. Se han localizado siete víctimas residentes en Bizkaia, Castellón, Ciudad Real, Murcia, Guadalajara y Almería. La denuncia de un vecino de Barakaldo a mediados del año 2023 arrancó la operación policial.

Según su relato, accedió a una página web de contactos en la que se anunciaban servicios sexuales. Aunque no llegó a contratar ninguno de ellos, comenzó a recibir mensajes y llamadas desde diferentes números que lo amenazaban con represalias si no realizaba pagos por supuestos servicios contratados.

Ante la gravedad de las amenazas recibidas, la víctima accedió a realizar pagos mediante una plataforma de pasarela de pagos, enviando un total de 1.300 euros en cuatro transacciones. La investigación se centró en analizar los movimientos bancarios asociados, las líneas telefónicas utilizadas y los dispositivos desde los que se realizaron los contactos. Según informa la Guardia Civil, se ha identificado a cuatro mujeres como autoras de los hechos, a las que se les acusa de delitos de extorsión, pertenencia a grupo criminal y blanqueo de capitales.

Modus operandi

Los delincuentes publicaban anuncios falsos en páginas web ofertando servicios de tipo sexual, destinados principalmente a hombres. Una vez que los interesados accedían a las páginas y proporcionaban un número de contacto, comenzaban a recibir mensajes intimidatorios por parte de supuestos "jefes" de las chicas ofertadas, reclamando pagos por haber solicitado servicios que no llegaron a realizarse.

En dichos mensajes, las víctimas eran amenazadas con represalias físicas y sociales, como visitas domiciliarias, difusión pública del supuesto comportamiento, o represalias si tenían pareja. Se empleaban múltiples identidades telefónicas, tarjetas SIM y terminales móviles para llevar a cabo la actividad criminal. En muchos casos, el grupo se conformaba con un solo pago para luego cortar la comunicación, aunque en otras ocasiones insistían para obtener un mayor beneficio económico.