Las redes sociales y las aplicaciones móviles para ligar han unido a muchas parejas, pero también han sido lugar para que los delincuentes, desde el anonimato, se aprovechen de unas víctimas que, pensando que hablaban con el amor de su vida, finalmente acababan siendo estafadas.

Ese ha sido el caso de varias mujeres de países europeos que, engañadas por un hombre residente en Iruñea y otro en Benidorm, Alicante, han sufrido un fraude que alcanza los 20.000 euros en total. Ambos hacían creer a sus víctimas que mantenían una relación sentimental a distancia, y les exigían transacciones económicas para sufragar gastos que posibilitarían el encuentro entre ambos. La Policía Nacional, con la colaboración de Europol e Interpol, ha desarticulado el grupo arrestando a ambos individuos, especializados en estas “estafas románticas”.

Según explica el cuerpo policial, la investigación se inició en septiembre del pasado año con una denuncia remitida por Interpol-Dublín. En ella, una mujer relataba que había sido víctima de una estafa conocida como romance scam: un desconocido le contactó a través de una red social con un perfil falso e iniciaron una supuesta relación sentimental.

Los estafadores les pedían dinero con cualquier excusa para posibilitar su encuentro, con gastos como viajes ficticios o tratamientos médicos

Abusando de su confianza, él le pidió dinero en varias ocasiones, por lo que la víctima llegó a sentirse acosada por la premura con la que se lo pedía. Finalmente, tras investigar el destino del dinero, los agentes vieron cómo dos de las transferencias realizadas por la víctima llegaban a una cuenta bancaria española. Analizando esta cuenta, los policías obtuvieron información de las direcciones IP de conexión de los movimientos fraudulentos, geolocalizados tanto en España como en Italia. La titularidad de la cuenta estaba a nombre de un ciudadano de origen nigeriano con domicilio en Barcelona. Además, tras el análisis apreciaron cómo muchas de las transferencias las emitieron ciudadanas españolas por importes altos, lo que resultaba sospechoso.

Las pesquisas se centraron entonces en otras potenciales víctimas españolas estafadas con el mismo modus operandi. Se acreditó la existencia de transferencias a esta y otras cuentas bancarias españolas abiertas por los miembros de la organización, además de detectar envíos de dinero a través de una conocida empresa de envío internacional.

Tras analizar las nuevas cuentas localizadas, los investigadores comprobaron que las IP de conexión de los movimientos únicamente estaban geolocalizadas en España y pertenecían a ciudadanos nigerianos con domicilios en Alicante y Iruñea.

Más de 20.000 euros de fraude

La investigación reveló que los miembros de la organización asentados en España estaban afincados en ciudades como Barcelona, Alicante, Vitoria y Pamplona, si bien el entramado se extendía a otros países europeos como Irlanda. El fraude detectado, con víctimas de varios países europeos, asciende a más de 20.000 euros.

En general, las víctimas de este tipo de estafa son personas de avanzada edad que se encuentran solas en sus casas, sin ocupación laboral y con escasa vida social. Muchas se niegan a denunciar porque no lo ven como un delito, al seguir engañadas creyendo en la supuesta relación sentimental, o se avergüenzan de lo ocurrido.