Loiu - Un profesor del colegio Munabe será juzgado por no intervenir, supuestamente, en un caso de acoso escolar. La familia del menor, que empezó a sufrir insultos y agresiones por parte de un grupo de compañeros del centro de Loiu cuando tenía 9 años, considera que el docente incurrió en un presunto delito de omisión al “no actuar” cuando el chico le trasladó la situación. Así, el juicio para esclarecer los hechos comenzará el 29 de febrero del próximo año.
El caso llega a una vista oral tras su paso por el Juzgado de Instrucción número 8 de Bilbao, que acordó continuar con las diligencias; por su parte, la Audiencia Provincial de Bizkaia emitió un auto de desestimación del recurso interpuesto por el educador. Por lo tanto, este profesor será juzgado ahora por presuntos delitos contra la integridad moral (artículo 173.1 del Código Penal), por lesiones psíquicas (artículo 147) y por omisión del deber de impedir o denunciar la situación (artículo 450.1 y 2).
El acoso padecido por el menor queda reflejado en los autos firmados por los titulares de ambos juzgados. Así, la sentencia desestimatoria del recurso del profesor asegura: “El cabecilla del grupo reconoció en gran medida los hechos en sede policial y citó los nombres de otros siete compañeros que le acompañaban, de modo discontinuo, y el propio director del colegio admitió que el acosador principal también le reconoció en parte los hechos, aunque se sorprendió del daño que le estaba causando al afectado”. Junto a ello, una valoración clínica forense también constata el acoso al joven que varios años después continúa en tratamiento psiquiátrico. En esta misma línea, sendos informes de la Inspección de Educación del Gobierno vasco y de la Fiscalía de Menores avalan la existencia de maltrato de estudiantes al niño.
Antonio López, director general del grupo educativo Coas, al que pertenece Munabe, explica a DEIA que se investigó el presunto acoso escolar “en cuanto se tuvo conocimiento”. López también confirma que, “por supuesto”, se corroboró si el colegio del Opus Dei y el docente “habían puesto los medios adecuados para atajar el tema”. “El profesor tomó medidas tajantes y comprobamos que así fue”, destaca el director general, quien indica que “se habló con los padres de los alumnos y especialmente con los del chico más movido, y este pidió perdón por su comportamiento”.
“No consta que se hiciera nada” El auto de la Audiencia recoge, expresamente, que tanto el menor como su familia habían alertado al citado profesor y al centro mucho antes de que se tomaran acciones. “Con anterioridad a que, en marzo de 2010, se adoptaran por el colegio medidas de abordaje de la situación de acoso sufrida por el menor desde el inicio de curso -por parte de un compañero de clase en unión con otros alumnos- tanto los padres, como, y sobre todo, el menor le relataron al profesor dicha situación; sin que conste que hiciera nada para evitarla, con incumplimiento de su función de garante, derivada de su condición de profesor y tutor del menor”, señala el documento judicial. Este mismo argumento es empleado por la familia del menor, que no está de acuerdo con el proceder del educador, que era tutor y preceptor del niño, ni tampoco con el de la dirección de Munabe. Mientras tanto, el director de Coas recuerda que “el fiscal sigue pidiendo la absolución porque entiende que se actuó adecuadamente desde el primer momento”.
El supuesto acoso se produjo de manera intensa en el curso 2009- 2010, hasta el punto en que el joven no concluyó aquel año escolar y se trasladó después a otro colegio. “La salida del centro fue por indicación médica, pues el cuadro lesivo psíquico del menor (...) se desprende del inequívoco informe médico-forense”, establece el auto de la Audiencia.
“Para nosotros, ha sido un proceso muy doloroso porque la familia estaba muy integrada en el centro. Ha sido un gran disgusto”, concluye López.