Esto le pasa a tu cuerpo si comes queso todos los días durante una semana
El queso curado concentra muchos nutrientes y también algunos excesos que conviene conocer antes de convertirlo en un hábito diario
El queso curado es uno de los alimentos más apreciados de la gastronomía porque es intenso, saciante y fácil de incorporar a cualquier comida. Un trozo pequeño puede acompañar ensaladas, cenas rápidas o aperitivos. Pero ¿qué ocurre realmente en el cuerpo si comes queso curado todos los días durante una semana? La respuesta es clara: depende de la cantidad, el tipo de queso y tu estado de salud.
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Más saciedad y menos hambre entre horas
Uno de los primeros efectos que muchas personas notan es una mayor sensación de saciedad. El queso curado es rico en proteínas de alto valor y en grasas, dos nutrientes que retrasan el vaciado gástrico y ayudan a mantener el apetito a raya. Durante una semana de consumo diario, es habitual notar que picas menos entre comidas o que llegas con menos ansiedad a la siguiente comida.
Este efecto puede ser positivo en dietas de control de peso, siempre que las raciones sean moderadas, porque el queso curado es calórico y fácil de sobrepasar sin darse cuenta.
Más calcio y proteínas
Desde el punto de vista nutricional, el queso curado es una fuente muy concentrada de calcio, clave para la salud de los huesos, la contracción muscular y el sistema nervioso. En una sola semana, el consumo diario puede ayudar a cubrir una parte importante de las necesidades de calcio, especialmente en personas que no toman leche o yogur.
También aporta proteínas completas, útiles para el mantenimiento de la masa muscular. Esto se nota especialmente en personas activas o mayores, que a menudo no llegan a los requerimientos diarios de proteína.
Efectos negativos
El queso curado concentra más grasa que los quesos frescos o semicurados, y consumirlo a diario durante una semana puede elevar la ingesta total de grasas saturadas, algo que no conviene mantener en el tiempo si hay antecedentes de colesterol alto o riesgo cardiovascular. En personas sensibles puede ocurrir una ligera subida del colesterol LDL si el resto de la dieta no está bien equilibrada.
Otro efecto frecuente es la retención de líquidos. El queso curado contiene mucho sodio, necesario para su conservación y el sabor. Si lo comes cada día, es habitual notar más sed, algo de hinchazón o la sensación de tener las piernas pesadas. En personas con hipertensión, el consumo diario de queso curado durante una semana puede traducirse en pequeños aumentos de la tensión.
Efectos en la digestión
A nivel digestivo, el queso curado tiene una ventaja y un inconveniente. Por un lado, al estar curado, contiene menos lactosa, por lo que suele tolerarse mejor que otros lácteos en personas con intolerancia leve. Por otro, su alto contenido en grasa puede ralentizar la digestión y provocar pesadez, reflujo o estreñimiento en algunas personas si se consume a diario.
Comer queso curado todos los días durante una semana no es perjudicial para una persona sana, siempre que las cantidades sean pequeñas y la dieta esté bien equilibrada. A corto plazo, aporta saciedad, calcio y proteínas, pero también más sal y grasa saturada de lo recomendable si se prolonga sin control. Los nutricionistas suelen recomendar alternarlo con quesos menos curados, yogur o leche para tener algunos de los beneficios del queso y reservar el curado para raciones pequeñas o para días concretos.
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