Según Juan Quintana, director de la Fundación Grünenthal, el Barómetro del Dolor en Euskadi revela que la población más afectada por el dolor crónico se encuentra entre los 35 y 54 años, edad en la que confluyen mayor carga laboral y familiar. Quintana señaló que el estrés y la presión física y mental favorecen la aparición o el agravamiento de patologías crónicas.

Por otro lado, el impacto laboral también es notable: un 38% de quienes sufren dolor moderado o intenso registran bajas de hasta cinco meses al año, afectando tanto a su bienestar como a la economía de las empresas y del sistema público.