Los montes Obarenes que recorre mucha parte de Burgos es la frontera natural entre la propia Burgos, La Rioja y Álava. Continuamos recorriendo esta sierra y en esta ocasión realizamos una de las rutas mas frecuentadas, junto con la subida al Umión, como es la subida a Castillete desde Pancorbo.
DATOS PRINCIPALES
· Kilómetros: 16,35 km
· Desnivel positivo: 1000+
· Duración: corriendo 2:00h / Caminar - correr: 2:40h / Senderismo 3:30h
LLEGADA AL PUNTO DE PARTIDA
· Desde Vitoria, salimos por la parte norte para acceder a la N-1 con destino Madrid. Continuamos por ella para ya por la AP-1, salir en la salida 66, en Ameyugo. Continuamos por la N-1 hasta Pancorbo.
· Desde Bilbao, saliendo por la parte sur por medio de la AP-68 tomamos la salida 7 en Ribabellosa. A partir de aquí ya en la AP-1 seguimos los pasos de punto anterior.
· Desde Pamplona, salimos por la parte oeste de la ciudad para por medio de A-15 llegar hasta Alsasua. Allí mismo nos incorporamos a la N-1 que viene desde Donostia para seguir con destino Madrid. Seguimos los pasos del punto 1.
· Desde Donostia saliendo por la parte sur de la ciudad tomamos la N-1 sentido Madrid. Pasamos Alsasua, Vitoria. Cogemos después la AP-1 en Armiñon y seguimos los pasos del punto anterior.
DESCRIPCIÓN
En el norte de la provincia de Burgos, donde la roca se hace presente en el paisaje y el viento sopla con fuerza en las cimas, se encuentra Pancorbo, un pueblo que parece suspendido entre el tiempo y la montaña. Desde sus calles empedradas parte una de las rutas de montaña más espectaculares y exigentes de la comarca: el ascenso al Castillete y Meriendillas, una travesía que combina naturaleza salvaje, patrimonio histórico y una belleza paisajística que deja huella a quien tiene la fortuna de realizarla.
La ruta comienza en el casco urbano de Pancorbo, encajado en el desfiladero que lleva su nombre, un paso natural entre la meseta castellana y el valle del Ebro. Este desfiladero ha sido testigo de siglos de tránsito, comercio y conflictos. Por él discurría la Vía Aquitana, una calzada romana que conectaba Burdeos con Astorga, más tarde fue escenario de batallas medievales, incursiones napoleónicas y movimientos estratégicos durante la Guerra Civil. Hoy, lo que buscamos es la conexión pura e íntima con la montaña.
Los primeros pasos siguen el curso del río Oroncillo, que serpentea entre paredes verticales de roca caliza. El arrullo del agua, el cantar de las aves y la hojarasca, mucho tiempo presente, bajo las botas marcan el devenir de una ascensión que desde el principio se vuelve exigente. El sendero se empina, se estrecha, y obliga a mirar hacia arriba: allí se alza el Castillete, una formación rocosa que supera los mil metros de altitud y que domina el paisaje como una atalaya natural. Su silueta recuerda a una fortaleza, y no es casual: en sus inmediaciones se conservan restos de estructuras defensivas que protegían este paso estratégico desde tiempos inmemoriales.
La subida al Castillete es dura pero no es muy técnica; hay algún tramo de roca suelta, pendientes son pronunciadas y un par de pasos que exigen concentración. Pero cada metro ganado ofrece una recompensa: la vista se abre, el desfiladero se revela en toda su magnitud, y el horizonte se llena de cumbres, valles y pueblos que parecen miniaturas. Desde la cima, se divisan los Montes Obarenes, la Sierra de Cantabria y, en días despejados, incluso las cumbres nevadas de los Pirineos occidentales.
SEGUNDA CIMA: MERIENDILLAS
Tras un merecido descanso, el sendero continúa hacia Meriendillas, otro pico emblemático de la zona. Aunque algo menos elevado que el Castillete, su perfil es igualmente imponente. El trayecto entre ambas cimas transcurre por crestas rocosas, zonas de matorral y tramos de bosque bajo, donde es frecuente avistar buitres leonados planeando sobre las corrientes térmicas. La fauna es uno de los grandes atractivos de esta ruta: además de aves rapaces, es posible encontrar corzos, jabalíes, zorros y una gran variedad de reptiles y anfibios que habitan en las grietas de la roca y en los arroyos ocultos.
CONSEJOS PARA REALIZAR ESTA RUTA
Hidratación. Tendremos que ir bien aprovisionados de agua pero es cierto que existen por lo menos unas cuatro, cinco fuentes naturales donde encontrar agua
Calzado. Recomendamos un calzado capaz de adecuarse a diferentes terrenos ya que se nos presenta un poco de pista, sendero, algo de piedra. Puede haber barro en ciertos tramos con lluvia
Dificultad. La dificultad es moderada por la longitud y por el desnivel salvado en la ruta, con dos subidas muy exigentes.
Para llegar a la segunda cima del día debemos descender hasta el desfiladero, cortado y creado por el río que culebrea en él. Desde allí un precioso sendero pegado al agua nos pone en la pista de subida donde descubriremos la otra vista, desde el otro lado de todo este entramado de roca y monte que es el entorno que rodea a Pancorbo. Pasaremos por tramos despejados, zonas de árboles bajos e incluso alguna cueva se nos pondrá en el camino.
Meriendillas ofrece un mirador natural hacia el norte, con vistas que alcanzan los campos de La Rioja y los viñedos que tiñen el paisaje de tonos ocres y verdes según la estación. Es un lugar ideal para detenerse y reponer fuerzas, ya que la bajada desde Castillete nos indica que toca de nuevo volver a subir pendientes, no tan abruptas como antes, pero si con un desnivel y por consiguiente con un esfuerzo moderado. Podemos aprovechar este punto para realizar una parada más larga, disfrutar de un almuerzo al aire libre y contemplar en impresionante entorno.
El descenso se realiza por la misma senda de subida, que serpentea entre encinas y zonas de pasto. Volvemos a bajar a las profundidades del desfiladero de Pancorbo, para ahora sí, ya pegados al río, prácticamente sin ganar ni perder desnivel, tomar rumbo hacia la localidad burgalesa donde terminamos esta espectacular ruta.
Más allá de su valor paisajístico, esta ruta encierra un profundo significado cultural. Pancorbo ha sido históricamente un enclave estratégico, disputado por reinos y ejércitos desde la Edad Media. Las leyendas locales hablan de batallas épicas, de tesoros escondidos en las cuevas del desfiladero y de pastores que se orientaban por las sombras del Castillete. Caminar por estos senderos es, en cierto modo, recorrer las páginas de una historia escrita en piedra.
La ruta al Castillete y Meriendillas es apta para todos los públicos pero requiere buena forma física, experiencia en montaña y equipamiento adecuado. Para quienes se atrevan a enfrentar sus desafíos, esta ruta ofrece una de las experiencias más intensas y memorables del senderismo en el norte de la península. Es una travesía que no solo pone a prueba las piernas, sino también la capacidad de asombro ante la belleza salvaje de la naturaleza.
PLANES ALTERNATIVOS
Aquí presentamos un par de opciones extras con las que completar nuestra jornada de montaña:
- Visita a Sajazarra: se trata de un bonito pueblo de la Rioja Alta, en la comarca de Haro, en torno a la confluencia de los ríos Aguanal y Ea. Envuelto en un paisaje de extensos viñedos y otros cultivos se entremezclan edificios de un alto valor arquitectónico y cultural, que sorprenderán con sus secretos. Su larga historia ligada al vino será conocida a lo largo del mundo gracias a la reciente acreditación del municipio como uno de los Pueblos más Bonitos de España. No perderse su puerta del Arco, la iglesia, el arte contemporáneo por sus calles y el castillo.
- Descubrir el Castillo de Portilla: es uno de los patrimonios históricos más importantes de Araba. Esta edificación defensiva es el mayor representante del Conjunto Monumental de Portilla. Un complejo, que, hoy en día, esta rehabilitado con paneles informativos y mejoras de accesibilidad. Antaño represento uno de los enclaves más importantes de Euskadi. Sin duda alguna, nos encontramos ante uno de los espacios con mayor riqueza histórica y paisajística de Araba. Y es que, con tan solo apreciar las vistas que se obtienen desde el castillo y la historia que se esconde tras sus muros es imprescindible su visita. Además, forma parte del escudo de Álava.
- Dónde comer: Para reponer fuerzas tenemos dos opciones, disfrutar de los merenderos situados en San Juan del Monte o acercarnos a la cercana (5 minutos) Miranda de Ebro donde disfrutar de gran variedad de opciones, tanto para comer bien como para beber.
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