Hace unos 2.000 años que los romanos fundaron en el sur de lo que hoy es la provincia de Burgos la Colonia Clunia Sulpicia. Fue el origen de Peñalba de Castro y un espectacular teatro romano señala un lugar que tuvo una posición destacada dentro de la presencia romana en la península Ibérica, en Hispania. En la actualidad es el epicentro y el corazón del conocido Entorno Clunia, que agrupa una serie de pueblos de la comarca en los que la huella dejada por los colonizadores ha dejado una profunda huella, tanto que se unen para ser el escenario cada mes de agosto del Festival de Verano de Clunia, que este año celebra su vigesimotercera edición.
Pero más allá del festival, Clunia y su entorno ofrecen mucho más. Por la riqueza de su yacimiento (foros, termas, mosaicos…), su patrimonio y las ofertas culturales que hacen aún más atractivo este rincón burgalés.
Peñalba de Castro - CluniaSulpicia
En una de las laderas de Peñalba de Castro construyeron los romanos uno de los teatros más impresionantes que se pueden visitar en España. Con capacidad para casi 10.000 espectadores y unas vistas privilegiadas sobre el Valle del Duero, este lugar cuenta la historia de una de las ciudades más importantes de Hispania, Clunia Sulpicia, cuyo yacimiento deja al viajero sin palabras. Este museo al aire libre es, sin duda, el principal atractivo de esta localidad y está abierto todo el año. Sus termas, sus mosaicos (se destapan en primavera y pueden verse hasta octubre), sus foros… cada piedra cuenta la grandeza de esta ciudad romana situada al sur de la provincia de Burgos. Una grandeza que adquiere una dimensión aún mayor si se visita el Aula de Interpretación Arqueológica (visita incluida con la entrada), en la que se puede entender cómo vivían en Clunia gracias a la exposición de materiales descubiertos en las campañas de excavación y a los numerosos soportes audiovisuales.
Quintanarraya
Cinco minutos separan la tranquila Quintanarraya de la ciudad romana de Clunia Sulpicia. Su belleza de marcado carácter burgalés y su patrimonio son la excusa perfecta para dar un salto y descubrir esa personalidad rural que atrapa a todo el que llega hasta aquí buscando calma y detalles encantadores. Un paseo por sus calles acabará llevando hasta la Cátedra de San Pedro de Antioquía, donde admirar la portada de origen románico con su arco de medio punto lobulado. Una auténtica belleza que sorprende en medio de la serenidad de Quintanarraya.
Huerta de Rey
A solo 9 kilómetros de Clunia, se encuentra Huerta de Rey rodeada por la impresionante naturaleza de la Sierra de la Demanda. Es una escapada perfecta para salpicarse del encanto del Entorno Clunia. Con su arquitectura popular y su elegante traza medieval, Huerta de Rey presume de conservar la huella de una calzada romana, así como otras edificaciones que confirman la importancia de este lugar para la ciudad romana. Otra de sus grandes joyas patrimoniales es su plaza de toros, por cuya estructura bien recuerda a una corrala. Por su parte, la encantadora iglesia del gótico tardío, del siglo XVI, dedicada a San Pelayo, obliga al viajero a levantar la mirada para poder observarla en todo su esplendor.
Arauzo de Miel
A 70 km de Burgos y solo 14 minutos de Clunia, espera Arauzo de Miel rodeada de ríos abundantes y la naturaleza salvaje de la Sierra de la Demanda, perfecta para los amantes del senderismo y la escalada, pues son muchas las rutas y las vías ferratas de las que se puede disfrutar en este rincón del Entorno Clunia. El estilo renacentista de su iglesia de Santa Eulalia es solo un ejemplo más de lo que la calma y el aire puro puede ofrecer al que se acerca hasta esta localidad de arquitectura precisamente tradicional.
Arauzo de Torre
En Arauzo de Torre, rodeados de vestigios medievales, el viajero se encontrará también importantes restos celtas y romanos que señalan su procedencia como poblado romanizado, como es el caso de una de las pocas fuentes romanas que se conservan en la provincia de Burgos y algunos restos de vías romanas. Y es que, más allá de Clunia Sulpicia, este imperio siguió extendiéndose por tierras ibéricas.
Caleruega
Cuna de Santo Domingo de Guzmán, Caleruega no solo merece la pena por sus impresionantes campos de lavanda, también por el legado patrimonial que posee y que alcanza su máximo nivel en el Monasterio de Santo Domingo y su majestuosa portada barroca. Aquí, a 14 minutos de Clunia, Caleruega forma parte de la asociación Pueblos Más Bonitos de España.
Baños de Valdearados
Sus fiestas en honor a Baco son una de las mejores excusas para acercarse hasta Baños de Valdearados el 23 y el 24 de agosto y marcarse un auténtico viaje a la Antigua Roma con lucha de gladiadores, bacanal o espectáculo de cetrería. A 20 minutos de Clunia, visitar Baños es una escapada de esas que merece la pena en cualquier momento del año. Su espectacular mosaico romano en honor al dios del vino (por algo estamos en la Ribera del Duero burgalesa) es de esos descubrimientos que lo cambiaron todo en 1972 y que formaba parte del pavimento del salón principal de una mansión bajoimperial del siglo IV. A partir de aquí, no han cesado las excavaciones en la Villa Romana de la Santa Cruz, pues a día de hoy solo se ha descubierto un 10% de los restos arqueológicos que se cree aún permanecen enterrados.
Peñaranda de Duero
Tierra de reyes, incluyendo entre ellos el rey gastronómico de Burgos: el lechazo, no es de extrañar, pues, que uno de los principales atractivos de Peñaranda de Duero, a 17 minutos de Clunia Sulpicia, sea su castillo del siglo XV, sede del Centro de Interpretación de los Castillos. Además, perderse por su casco histórico y seguir la línea de su muralla es rendirse a la belleza de sus casas blasonadas, su antigua colegiata de Santa Ana o el palacio de Avellaneda, que recuerdan la relevancia de este enclave en la historia. También ofrece la posibilidad de poder entrar en la farmacia más antigua de España, abierta desde el siglo XVIII.
Arandilla
Arandilla es un pueblo encantador levantado aprovechando la inclinación de una pequeña ladera sobre la orilla izquierda del río que baña esta tierra y le da nombre. Aquí, entre pequeños huertos y campos de cereal y con una pequeña ermita gótica de San Isidro, del siglo XIII, presidiendo desde lo alto, la orografía esconde casas excavadas y alguna que otra bodega que convierten el paisaje en algo bucólico y extraordinario.