“Orhi'kotxoria, Orhi’nlaket”: “el pájaro de Orhi, en Orhi es feliz”. Y no es para menos, ya que es una de las montañas más bellas y mágicas de cuantas tenemos en nuestra geografía. Una cumbre de hermosas formas, que pasa por ser la primera en superar la cota de los 2.000 metros de altura viniendo desde el Cantábrico. A sus pies, en la zona sur, se acurruca la Selva de Irati y profundas barrancas se precipitan en la vertiente norte, llamadas Alüpina y Atxurterria, ambas de origen glaciar. Además de estos elementos naturales profundamente atractivos, atesora las viejas leyendas de nuestra mitología. Una cima espectacular que ejerce de frontera entre los estados español y francés y de los herrialdes de Zuberoa y de Nafarroa. A pesar de sus características netamente pirenaicas, nos ofrece la posibilidad de alcanzar su cima con sencillez.
Partimos desde el puerto de Larrau, donde hemos estacionado en el amplio parking que allí se localiza. Tomamos un sendero que se lanza decididamente ascendiendo por la ladera herbosa, desde el mismo estacionamiento, pasando entre puestos de caza. La picuda cumbre de Orhi, se alza al fondo del cordal, por el que nos encaminamos dirigiéndonos hacia la vertiente sur de la montaña.
Vamos ascendiendo sin perdida, por un camino muy evidente, y sin bifurcaciones; incluso vamos viendo señales en forma de flecha que nos dirigen en nuestro caminar. Alcanzamos un paso que salva un pequeño desnivel y, para ello, se ayuda de una cuerda que hace las funciones de pasamanos en la roca. Tras el paso de la cuerda, llegamos a un cruce donde torcemos a la derecha haciendo un giro de 180 grados. Subimos de esta forma hasta la cresta del pico Orhi Ttipia, donde la vista se abre hacia la zona del Pirineo navarro. Seguimos por el cordal en dirección a este hermano pequeño del Orhi, cuya cima de 1.925 metros de altura alcanzamos sin dificultad. La vista del Orhi es bellísima desde aquí y hacia ella nos encaminamos. Alcanzamos un collado desde el que tan solo nos resta subir la pronunciada cuesta que nos separa de la cumbre del Orhi, siguiendo las flechas naranjas. Desde los 2.019 metros de altura de su cima, el espectáculo es sobrecogedor.
El viento nos acompaña, no en vano estamos en una de las moradas del genio de las tormentas llamado, en la tradición vasca, Odei y Eate. Los vientos, las tormentas, nubarrones, pedriscos,… en definitiva los fenómenos atmosféricos, han sido vistos con temor y respeto por nuestros antepasados. Por ello surgen genios unidos a ellos: son los númenes y eones atmosféricos. Son varios, como Egoi, Aizebiur, Eluaso, Laiño, Lauso, Oneztarri, y los moradores del Orhi, Odei y Eate. El primero es el genio de las tormentas que, al enfadarse con los humanos, genera nubes de tempestad que saca de varios puntos; entre ellos de esta cumbre. Eluaso, por su parte, es la representación de la ventisca y del torbellino de viento y nieve.
“Desde la caverna que se ubica en la parte norte del pico Orhi, el genio de las tormentas Odei, o Eate, hacen salir nubarrones cargados de agua y granizo con acompañamiento de relámpagos y truenos.”
No solo viven estos genios atmosféricos de esta montaña mágica. Una cima de esta importancia se vinculó a la diosa Mari, que dicen habita en ella. Incluso nuestro gran señor del bosque, Basajaun, tiene su morada en sus profundidades.
Tras disfrutar del panorama maravilloso que nos regalan, comenzamos a descender por la cresta en dirección contraria a la que nos ha traído hasta aquí. Vamos girando a la izquierda, en dirección sur, hasta un marcado collado que nos separa de la cumbre de Muxumurru. En este punto giramos a la izquierda para flanquear la cima del Orhi por el sur y encontrarnos con el camino de subida, que nos devuelve al punto de partida.
FICHA PRÁCTICA
- ACCESO: La carretera NA-2011, alcanza el puerto de Larrau desde la NA-140 que une Otsagi con Isaba. Si llegamos desde el norte, seguiremos la carretera D-26, desde la localidad zuberotarra de Larrau.
- DISTANCIA: 4,80 kilómetros
- DESNIVEL: 437 metros
- DIFICULTAD: Media.