"El corazón pétreo de España". Así fue como definió en su día Miguel de Unamuno a la Sierra de Gredos, asentada en la parte sur de la provincia de Ávila, que ofrece casi 87.000 hectáreas de zona natural y granítica de gran interés biológico, y divide los ríos Duero y Tajo bajo la vigilancia del pico Almanzor.

Arenas de San Pedro, Candeleda, Cuevas del Valle, Hoyos del Espino, San Esteban del Valle, La Carrera o El Hornillo son solo algunas de las localidades que se reparten las 86.394 hectáreas de Sierra de Gredos, sita en el sur de Ávila y escenario de una espectacular creación natural de lagunas, gargantas, circos, riscos, galayos y depósitos morrénicos donde habita y reina la cabra hispánica.

En la Cordillera Central, separando el Duero y el Tajo como un muro granítico, se levanta esta sierra, espacio tallado por la erosión glacial en el que destacan el Circo y la Laguna Grande, presididos por el esbelto Almanzor, de 2.592 metros, máxima altura de todo el Sistema Central.

Gredos es una bella y espectacular montaña a causa de su relieve, pero no le va a la zaga su importancia desde el punto de vista biológico, ya que su hábitat ofrece uno de los espacios más interesantes de toda Europa occidental.

Debido a su situación geográfica, a los fuertes desniveles y a la distinta orientación de sus laderas, Gredos puede considerarse como un auténtico paraíso para la flora. Las diversas especies vegetales aparecen distribuidas en pisos superpuestos que alcanzan su culminación en el piso alpino, el más interesante de todos ya que en el mismo se ha localizado un gran número de endemismos botánicos.

Fauna

Además, más de 230 especies de vertebrados catalogados, entre los que destacan el barbo comiza, la pardilla, la salamandra del Almanzor y el sapo de Gredos, habitan también en esta sierra abulense, junto a otras especies como el águila imperial, el buitre negro y la cigüeña negra, algunas en serio peligro de extinción. En cuanto a los anfibios y reptiles de Gredos, hay presencia de especies como la rana de San Antonio, el sapo partero, la víbora hocicuda, el lagarto verdinegro o el galápago europeo.