YER jueves sonaron las campanas y el txupinazo que anunciaban las fiestas grandes de la villa de Laguardia, las de San Juan. Capital de origen medieval de Rioja Alavesa, está situada en un altozano y ofrece todo un hervidero de bodegas, muchas de ellas subterráneas. Se elija la algarabía festiva o cualquier otro día, un paseo por sus antiguas calles peatonales, sus murallas y edificios renacentistas o barrocos es una delicia para el visitante.

Ubicada al sur de Araba, dominando el valle como estandarte defensivo histórico del Reino de Navarra, Laguardia sale este fin de semana a sus calles a vivir el bullicio festivo con múltiples actividades, danzas y vaquillas incluidas, amenizadas con el ruido de cohetes y dulzainas.

Villa fundada en el siglo X, la localidad conserva casi intacto su trazado medieval y es una delicia pasear por sus tres estrechas y alargadas calles principales, todas ellas peatonales y que la atraviesan de Norte a Sur. Las tres acaban confluyendo en callejas y plazas diversas, a las que circundan los restos de una muralla monumental.

La villa, que ofrece en sus alrededores importantes restos arqueológicos como el yacimiento de la Hoya y varios dólmenes -el más famoso es el de la Chabola de la Hechizera-, se encuentra horadada por bodegas o cuevas familiares, que se pueden visitar e incluyen catas, o incluso la posibilidad de quedarse a comer en ellas. La importancia de la cultura del vino se confirma con la existencia de casi 50 bodegas en un pueblo que ronda los 400 vecinos.

el carrillón

Cualquier paseo por esta villa de Rioja Alavesa debe incluir una visita a su célebre carrillón, ubicado en la angosta Plaza Mayor, en lo alto del consistorio actual. Sus tres autómatas, que salen al exterior cada hora, representan el inicio de las fiestas de San Juan.

Además, conviene visitar las entradas a la villa, así como las dos iglesias fortificadas locales: San Juan Bautista y Santa María de los Reyes. En el interior de esta última se encuentra un pórtico realizado en piedra por Juan Francisco de Rivera a finales del siglo XIV que conserva intacta la policromía del siglo XVII.

Asimismo, las calles de Laguardia están repletas de espléndidos edificios medievales, renacentistas, barrocos y neoclásicos, muchos de ellos presididos por hermosos y centenarios escudos. Entre estos edificios señoriales , destaca la Casa de la Primicia, del siglo XIV, el edificio civil más antiguo de la villa.