La vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, calificó ayer miércoles de “tomadura de pelo” la propuesta de la Comisión Europea para fijar un tope de 275 euros/MWh al precio de las compras de gas, y advirtió que de no hacer una propuesta alternativa, España dejará de respaldar las propuestas en otros temas que a Bruselas “le pueden resultar importantes”.

El objetivo de Bruselas con esta medida es lograr un efecto inmediato en el mercado, aunque el mecanismo lleva implícita la posibilidad de ser suspendido si provoca graves perturbaciones. Sin embargo, en los pasillos del Congreso, Ribera criticó que la iniciativa genera “justamente el efecto contrario del deseado”, además de poner en riesgo todas las políticas de contención de precios.

La ministra aseguró que España se va a oponer “rotundamente” a la propuesta de Bruselas, y señaló que hay otros Estados miembros que han manifestado su “preocupación” e “indignación” al respecto. En opinión de Ribera, se explica mal que se haya introducido algo que, a su juicio, ya era “un precio desorbitado”, en referencia al precio fijado para las tecnologías renovables en 180 euros, que ya en sí mismo incita a un “incremento muy importante de las ofertas de los distintos proveedores eléctricos”. Si a esto se suma un tope del gas de 275 euros, que es una cifra “muy parecida a los máximos en los momentos más álgidos de la crisis este verano”, parece “contraproducente”.