Las telecabinas o los telesillas son grandes inventos para las personas que disfrutan en una estación de esquí, que les permiten subir hasta las pistas y deslizarse desde lo alto con los esquís o con la tabla de snowboard. Un transporte en el que apenas se pasan unos minutos… salvo que desconecten el mecanismo y se olviden de que estás subido en uno de ellos.

Es exactamente lo que le pasó a Mónica Laso, que fue a practicar snowboard en la estación de esquí de Lago Tahoe, en California y muy cerca de la frontera con Nevada (Estados Unidos) y que vivió una experiencia que recordará de por vida, aunque afortunadamente la puede contar. Llegó un momento que la práctica del deporte dejó a la joven exhausta y, a las 16.58 horas, se montó en una cabina ayudada por un trabajador de la estación para descender en telecabina en lugar de hacerlo sobre la tabla.

Pero antes de llegar de vuelta a la estación, a las 17.00, la cabina se detuvo con ella suspendida en el aire. Nadie se percató de que había una persona dentro pese a sus gritos desesperados, que la dejaron sin voz y la estación cerró. Además tuvo la mala suerte de no llevar el teléfono móvil encima, con lo que no pudo alertar a nadie de lo que había sucedido. Tampoco disponía de ninguna luz, así que pasó la noche en completa oscuridad.

Mónica Laso, relatando su experiencia a un canal de televisión. KCRA

“Por mas que gritaba desesperadamente, de hecho hasta perdí la voz, por eso nadie me pudo escuchar”, afirmó Laso en español al canal de televisión KCRA. Así que tuvo que asumir que pasaría la noche dentro de ese cubículo, con unas temperaturas que llegaron a alcanzar los cinco grados bajo cero. Si bien iba bien abrigada con la ropa de esquí, era claramente insuficiente para permanecer quieta en una cabina, con lo que lo único que pudo hacer fue frotarse las manos y los pies, que son las partes que más sufren por el frío, para intentar mantenerlos mínimamente templados y que no se congelaran.

Pese a que sus amigos denunciaron su desaparición a la Policía no pudieron dar con ella y Mónica Laso tuvo que esperar quince horas hasta que la mañana siguiente la telecabina se puso en marcha de nuevo para que el personal de la estación la viera y la ayudara a bajar de ella. La mujer se encontraba consciente y no quiso ser trasladada al hospital cuando la atendió el servicio médico. Ahora la estación de esquí investiga qué pudo pasar para que nadie se diera cuenta de que había una persona atrapada en una cabina antes de desconectar la instalación.