TIENE un don especial. Gen-tzane Landa, profesora de profesión, amante de la cocina y apasionada creadora consigue convertir en algo bonito y diferente cualquier cosa que se proponga. Tiene magia en sus manos y desborda sensibilidad a raudales. Landa lo mismo da forma a una receta saludable en su blog Mangiare a mesa puesta que borda el Guernica de Picasso en tela para transformarlo en un cuadro. "Mi marido me dice que soy una mujer Renacentista", afirma entre risas esta mujer que confiesa estar reinventándose constantemente. "En los últimos meses he descubierto en mí capacidades que desconocía que existían", lanza. Lo cierto es que todavía no tiene definida la empresa que quiere montar, pero lo que sí sabe es que la gastronomía y el bordado será la vía hacia donde pretende dirigir su futuro laboral.

Para Gentzane, la cocina y el mundo del bordado son sus principales hobbies: "Me gusta cocinar o estar en la cocina viendo cómo cocinan otros casi desde que tengo uso de razón. En mi familia hay muchos cocineros y tarde o temprano tenía que terminar experimentando con ello", cuenta.

La tecnología también es otra de sus pasiones y lo junta todo para dar forma a su blog. "La profesora que hay en mí pensó que publicar recetas podría inspirar a otros a crear sus propias elaboraciones. Yo no soy nutricionista, pero desde mi faceta de amatxu elaboro recetas saludables que comemos en casa", explica.

Lo del bordado llega después, aunque su madre ya bordaba y hacía punto de cruz. "Nunca lo había hecho, pero un día me puso a bordar una zanahoria o un brócoli... ahí descubro que me encanta y que no se me da nada mal", dice. A raíz del blog de Instagram le surgió la oportunidad de colaborar con una cadena escandinava de muebles. "Me pidieron crear contenido a la web como embajadora de Ikea y también gestionar redes sociales de una empresa relacionada con la gastronomía", asegura Gentzane.

Autodidacta total, Landa considera que este mundo del bordado moderno puede servir para sacar esa creatividad que ha aflorado en ella después de haber sido madre. "Mis hijos me han removido por dentro infinidad de aspectos que estaban dormidos. Han despertado en mí la creatividad, el trabajar con las manos, la creación". No descarta dedicarse a eso, de hecho, según Gentzale la gente joven cada vez recupera más las tradiciones. Cocinar con su particular estilo bordados modernos es uno de sus objetivos en los próximos meses. "A todo lo del bordado le quiero dar un toque moderno. Me estoy centrando en ello", asegura Landa.

Desde bastidores, telas hasta chaquetas vaqueras... Gentzane no se cierra puertas y está dispuesta a seguir trabajando para mejorar. Los dos mundos, el de la cocina y el del bordado están conectados en las telas que utiliza de lienzo para sus creaciones. Desde los brócolis -que tanto le gustan y que utiliza como cabecera de su tarjeta de presentación- hasta verduras, flores... Gen-tzane está experimentando en el mundo del bordado hasta el punto que su última creación ha dejado con la boca a abierta a sus seguidores en las redes sociales, a familiares y a amigos: "Me encanta el Guernica de Picasso, para mí es un cuadro con un gran valor sentimental desde que tengo uso de razón. Mi familia, por parte de aita, procede de ese municipio. Por eso, desde hace tiempo llevaba con la idea de bordar este cuadro. Quería dejar las frutas y las verduras y hacer algo diferente", explica.

A Gentzane le fascina todo lo relacionado con la creatividad, aunque reconoce abiertamente que "ni está pagado, ni valorado". "Lo hecho a mano no es igual que lo que se hace en cadena. Tiene que ser valorado como algo exclusivo y único. Aunque Gentzane cree que es difícil ponerle precio, afortunadamente hay gente que sí lo valora", apunta Landa. La cabeza de Gentzane no para de idear. Esta amatxu, preocupada por la gastronomía saludable ha dado un paso más y aprovecha sus ratos libres para seguir creando. Landa también ha ideado unas láminas en las que aparecen identificadas diferentes frutas y verduras. "Un día vino mi hijo a casa y me dijo que tenía que hacer un montaje con algunas de las frutas. Lo colocamos en base a colores y le saqué una foto. Tanto ha gustado que me han comprado las láminas. Me queda mucho, pero voy poco a poco. Esto no ha hecho más que empezar", concluye ilusionada.