DESDE propósitos de Año Nuevo o productos de la compra a los deseos más íntimos y clasificaciones variopintas, las listas acompañan a la Humanidad desde que nació la escritura, una costumbre contra el olvido de la que se han conservado a lo largo de los siglos muestras memorables reunidas ahora en un libro. Listas memorables, editado por Salamandra, es el título de la recopilación realizada por el británico Shaun Usher, que ha rastreado numerosos archivos para crear esta “lista de listas”, algunas de ellas de hace miles de años. Este es el caso de la lista de los motivos aducidos por los trabajadores hacia el 1250 antes de Cristo para ausentarse de sus tareas en la construcción de las tumbas del Valle de los Reyes en el Antiguo Egipto. Excusas como “estuvo fabricando cerveza”, “le picó un escorpión”, “recogía piedra para el escriba” o “su esposa estaba menstruando” son algunas de las causas de ausencia que recoge esta lista realizada en piedra que, con toda probabilidad, no servirían en la actualidad.
También aparece lo que necesitaba comprar Galileo para hacer un telescopio o los pros y contras de Charles Darwin para casarse. A favor: “Dios mío, es intolerable la idea de pasar toda la vida como una abeja asexuada, trabajando, trabajando y nada más”. En contra: “No estar obligado a visitar parientes”.
Marilyn Monroe es autora de dos de las relaciones. La primera, se refiere a sus buenas intenciones para 1956 y pone especial énfasis en la disciplina. La segunda fue redactada en 1951 y en ella recoge los nombres de los hombres con los que le gustaría irse a la cama, citando, entre otros, a Ives Montand y Arthur Miller.
Listas prosaicas de personajes tan históricos como Miguel Ángel, de quien se conserva una relación de alimentos de 1518 que podía corresponder a la compra que debía hacer o a los ingredientes de una receta, comparten espacio con otras mucho más elevadas como la de los siete pecados de la Humanidad realizada por Gandhi en 1925. De Leonardo da Vinci, el artista polifacético por antonomasia, se conserva una lista de cosas por hacer entre las que se encuentra “conseguir un cráneo” y nuez moscada.
Para las damas, hay listas de consejos como la que publicó La revista de bolsillo para damas en 1824, en la que, entre otras cuestiones, advierte a las que bailen mal de que no lo hagan en ningún caso mientras que a las que tengan manos y brazos bonitos les permite tocar el arpa, eso sí, si lo hacen bien. Mientras, el Club Anticoqueteo distribuyó en 1920 unas reglas para sus socias en las que aconseja “no descuidar al hombre del que estás segura coqueteando con otro”.
Diez son las reglas para roqueras que la líder de The Pretenders publicó en 1994 y diez son también las normas para los cowboys de la lista que hizo en 1948 el artista Gene Autry, encabezada por la prohibición de “disparar primero o golpear a un hombre más pequeño”. Más siniestro es el decálogo de la mafia: “Nunca mires a las mujeres de tus amigos” o “nunca te veas con polis” son algunas órdenes de la lista intervenida a un capo de la Cosa Nostra en 2007.