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Bueyes versus boxeadores

Un urduliztarra organiza un desafío entre dos 'idis' y dos deportistas de kick boxing para ver quiénes logran hacer más clavos arrastrando una piedra de 800 kilos

Bueyes versus boxeadoresOskar Martínez

Es un liante. Se lo dicen en casa y en la calle. Y él se ríe con carcajadas francas y socarronas. Pedro Elordui es un urduliztarra carismático; de ese tipo de personas que no pueden parar ni un minuto de maquinar iniciativas peculiares que siempre organiza con cariño, con humor y con la complicidad de muchos vecinos que acaban lanzándose a saco para echarle una mano en sus aventuras. En esta ocasión, a Pedro se le ha ocurrido organizar un desafío de arrastre de piedra en el que medirán sus fuerzas dos bueyes y ocho boxeadores del club de kick boxing de la localidad. Ahí queda eso. Y ambas partes han recogido el guante. Así que este curioso enfrentamiento se llevará a cabo el próximo 23 de marzo en el aparcamiento de la sidrería Ayo-Berri que Pedro regenta en Urduliz. Allí se verá quiénes serán capaces de hacer más clavos en los 25 minutos que durará la prueba, si hombres o bestias. Nada más y nada menos que 800 kilos tiene la piedra que los competidores tendrán que arrastrar por el asfalto de este insólito karrejo.

"Mi cabeza rula todas las noches y me dio por eso", explica Pedro, que hará de carretero. Así, se lo planteó a su sobrino, Gabriel Gallardo, que compite en el club de kick boxing Basakick de Urduliz. Gabriel se lo transmitió a su entrenador, Javier Pérez, que accedió a medir las fuerzas de sus chicos en tan peculiar combate. Así que, ocho boxeadores se las verán con dos bueyes, "pequeñitos", según palabras de Pedro, propiedad de Jon Lekanda, otro vecino de Urduliz. 400 kilos tienen cada uno de los dos idis que competirán, y que ese día se estrenarán en el arrastre de piedra.

los pesos pesados "En cuanto a los boxeadores, tirarán los pesos pesados del club", explica Gabriel. Y su tío Pedro salta de la misma: "¡Tú también vas a tirar!". A lo que Gabriel responde: "¡Que yo no, pesado! ¡Eres un liante...!". Y Pedro ríe, todavía con la esperanza de que su sobrino se anime en esta loca competición. Ahora queda por ver hacia dónde se inclinará la quiniela de favoritos. Por de pronto, los boxeadores se ven capaces de ganar. "Estos, lo que sea", afirma Gabriel. Pero tanto el dueño de los bueyes como el propio Pedro se inclinan por que saldrán victoriosos los bueyes. "Estos no están acostumbrados. Están a otro tipo de deporte", explica este urduliztarra. "Pero este no es un desafío a muerte; se trata de dar a conocer este nuevo club de kick boxing que tenemos en el pueblo", puntualiza Pedro. Ahora, a partir de este sábado y hasta el día del desafío, los boxeadores entrenarán los fines de semana para hacerse con la piedra y afinar al máximo su técnica.

Para Pedro no es algo nuevo lo de poner en marcha este tipo de iniciativas. De hecho, hace unos años ya estuvo metido en el ajo de otro desafío que hubo en Urduliz, en las fiestas de Andra Mari de la localidad, en la que seis forzudos del pueblo, entre ellos él, midieron sus fuerzas contra un burro en este noble arte del arrastre de piedra. Ganaron los forzudos.

Y también dio mucho que hablar cuando entró en vigor la ley del tabaco, que prohibía fumar en los locales hosteleros. Como protesta, Pedro colgó del porche de su sidrería la máquina de cigarrillos, y allí permanece colgada, a modo de surrealista rabieta. Familia y amigos de Pedro no han perdido la capacidad de sorprenderse cada vez que se le ocurre alguna de sus ideas. "Deberían de estar acostumbrados, pero...", dice sonriendo y encogiéndose de hombros. Este urduliztarra ya anda maquinando una nueva. "El pequeño ordenador que tengo en la cabeza anda trabajando, trabajando... Pero todavía no se puede contar nada", dice con un gesto enigmático y arqueando mucho las cejas.

Ahora, a la espera de ver cuál será la nueva aventura de Pedro, queda por comprobar quién es capaz de hacer más clavos con ese tremendo lastre de 800 kilos. El desafío está ahí. En ese improvisado probaleku-ring. Señores, hagan sus apuestas.