El confinamiento se ha convertido en la principal medida de protección en la lucha contra el coronavirus Estamos llamados a quedarnos en nuestros hogares para evitar la propagación de un virus cuya vacuna se sigue investigando. A pesar de las recomendaciones de que salgamos lo mínimo posible, la compra es una de las salidas imprescindibles. La única salida que en realidad realizamos, para hacernos con lo estrictamente necesario antes de volver a casa.

Buena parte de la población cumple con las recomendaciones y acude a la compra pertrechados con guantes y mascarillas, además de tratar de mantener una distancia de seguridad de metro y medio con el resto de personas para evitar el contagio. Sin embargo, hasta ahora había interrogantes por resolver: ¿Qué pasa si alguien tose en un pasillo del supermercado y después paso yo por allí? Un equipo de científicos finlandeses ha tratado de dar respuesta a esta y otras preguntas.

El grupo de expertos de la Universidad de Aalto ha diseñado el primer modelo en 3D con el que simula qué ocurre exactamente cuando estamos en un espacio cerrado con otra persona contagiada. En esa simulación, se muestra cómo se distribuyen las partículas que han salido de sus vías respiratorias y cuánto terminan en quedarse en suspensión en el aire.

Tal y como se muestra en el vídeo, las partículas víricas no solo tardan varios minutos en desaparecer del todo, sino que pueden "viajar" de un pasillo llegando al sistema respiratorio de otra persona.

"Alguien que esté infectado con coronavirus puede toser y alejarse después, pero dejará partículas de aerosol extremadamente pequeñas que transportan el coronavirus", sostiene Ville Vuorlen, experto en la dinámica de fluidos de la Universidad de Aalto.

Por este motivo, los expertos recomiendan limitar nuestras salidas a la hora de hacer la compra. Se trata de que pasemos el mínimo tiempo posible en un espacio cerrado.

El modelo recrea el movimiento de partículas de 20 micras de tamaño, el correspondiente a la tos seca tan característica del Covid-19, y tiene en cuenta los sistemas de ventilación de un supermercado al uso.

A través de una supercomputadora y de la mecánica de fluidos, se ha conseguido recrear cómo se mueve el virus entre esas cuatro paredes. Los investigadores continuarán trabajando en este proyecto para que los expertos en enfermedades infecciosas y virología examinen posteriormente los resultados.