El Gobierno vasco ha exigido "un alto el fuego incondicional y permanente en Gaza", así como "el fin del asedio sobre la población civil y palestina en Cisjordania", y ha reclamado la "liberación inmediata y sin condicionantes de todas las personas rehenes", para mostrar también su "más profunda tristeza por todas las personas fallecidas" y su "apoyo total y absoluto a sus familiares y personas queridas".

Así lo ha demandado la portavoz del Gobierno vasco, María Ubarretxena, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno, donde ha leído la declaración que el Ejecutivo autonómico ha aprobado con motivo del conflicto en Oriente Próximo.

En este sentido, el Gobierno vasco ha demandado "la liberación de todas las personas privadas de libertad de manera arbitraria y la devolución de los restos mortales a sus familias" y ha condenado "de manera enérgica y sin paliativos el uso del hambre como método de guerra, la negación u obstaculización ilícita del acceso a ayuda humanitaria y los traslados forzosos y masivos de la población palestina".

En la declaración, el Ejecutivo ha reclamado "la protección integral de todas las personas trabajadoras humanitarias, sanitarias y de socorro, así como de las personas periodistas".

Al respecto, ha reiterado su "apoyo explícito al cometido y propósito de la Agencia de Naciones Unidas" para la población refugiada de Palestina en Oriente Próximo, en línea con el reconocimiento que el Gobierno vasco ya ha realizado hacia su labor con la concesión de los premios René Cassin e Ignacio Ellacuría.

"Soluciones negociadas"

Por último, el Gobierno vasco ha mostrado su planteamiento "plenamente alineado con la resolución de la Asamblea General de Naciones Unidas del 5 de julio de 2025, así como con las resoluciones pertinentes del Consejo de Seguridad del día de junio de 2024".

Por ello, ha exhortado a las partes implicadas, a la comunidad internacional, y "en especial a la Unión Europea, a buscar y a apoyar sin más dilación soluciones negociadas que permitan una paz duradera, tanto en lo relativo a la violencia, la desigualdad y al fin inmediato de la violencia como al trasfondo estructural del conflicto".

En este sentido, ha demandado dar pasos para "garantizar la convivencia pacífica de los pueblos israelí y palestino, a través del reconocimiento de los dos Estados, en virtud de la resolución de Naciones Unidas 182, de 1947".