La vandalización en Durango de un mural sobre Jon Paredes Manot Txiki y Ángel Otaegi, cuyos rostros aparecieron tachados y debajo de los cuales se escribió “etarras”, ha sido el último capítulo de la escalada de tensión que se ha producido a cuenta del próximo 50 aniversario de su fusilamiento junto a tres activistas del FRAP por el franquismo. Mientras Sortu se ha volcado en su celebración y ha convocado un acto nacional el 27 de septiembre en el pabellón Anaitasuna de Iruñea, dirigentes socialistas, del PP y asociaciones de víctimas han afeado que se les ensalce por su condición de miembros de ETA.

Con motivo de este aniversario y del acto del Anaitasuna han aparecido en la CAV y Nafarroa numerosos carteles con el lema Askatzera lotuak, elegido para la convocatoria en Iruñea y que emplaza a “deshacer el nudo, atado y bien atado” que, a juicio de Sortu, dejó Franco tras su fallecimiento, que tuvo lugar poco después de los fusilamientos.

Ernai, las juventudes de la izquierda abertzale, también se ha volcado en este objetivo y ha convocado una movilización el 14 de septiembre en Donostia para reivindicar la independencia de Euskadi y recordar a su vez a Txiki y Otaegi.

El PSOE, por su parte, está inmerso en la celebración de España: 50 años en libertad, conjunto de eventos que buscan conmemorar la muerte de Franco el 20 de noviembre de 1975, y que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, presentó el pasado enero. Estos actos han sido criticados por asociaciones memorialistas por su intención de celebrar “la gran transformación social, económica y política” tras la dictadura, cuando el régimen autoritario prosiguió tiempo después de la muerte de Franco. Al mismo tiempo, hay voces del socialismo que han censurado las reivindicaciones relacionadas con Txiki y Otaegi, cuyas ejecuciones se produjeron con el dictador aún con vida.

Fue a raíz de la controversia después de que el Ayuntamiento de Zarautz ordenara retirar una lona de grandes dimensiones con los rostros de Txiki y Otaegi –que vecinos del municipio desplegaron después ante el Consistorio–, que el director del instituto GogoraAlberto Alonso, levantó ampollas tras admitir que “por supuesto, son víctimas del franquismo, de un régimen dictatorial”, y rechazar que se les “homenajee” porque ETA utilizó “la violencia, el miedo y el terror”, como el franquismo. Añadió que miles de antifranquistas lucharon por la democracia sin recurrir al asesinato.

EH Bildu reprochó a Alonso sus palabras, que calificó de “muy graves, preocupantes, ofensivas y muy dolorosas”, y le pidió una reflexión “profunda” ya que “deslegitiman y criminalizan la resistencia antifranquista”, de forma que “blanquea el fascismo y el franquismo”.

Batalla del relato

El secretario general del PSE, Eneko Andueza, se dirigió a continuación a EH Bildu y a Sortu para asegurar que “no hay ningún terrorismo que merezca el homenaje de una sociedad digna”. “Tampoco debemos admitir el discurso de que existió una ETA buena y una ETA mala”, añadió.

En este toma y daca, el dirigente de EH Bildu Unai Urruzuno reprochó a Andueza que “algunos están más preocupados (y ocupados) por su batalla del relato que por construir una memoria veraz, inclusiva y respetuosa con todas las víctimas y sufrimientos”. “Menos relato y más altura de miras”, le reclamó.

Víctimas

Denuncia. Asociaciones de víctimas como Covite y la Fundación Fernando Buesa han denunciado la exhibición en las fiestas de Euskadi de pancartas en favor de los presos de ETA, entre ellos ‘Txiki’ y Otaegi. La Fundación Fernando Buesa defendió que los fusilamientos “no tienen ninguna justificación, pero tampoco sus trayectorias como miembros de ETA son ejemplo de nada”. Covite señaló que “no merecen reconocimiento público”, pese a haber sido víctimas del franquismo, porque “asesinaron”.

Esta misma semana, el presidente del PP vasco, Javier de Andrés, dijo que “no se puede tener como referencia moral y política a dos personas que fueron criminales, asesinos”. “No se puede considerar como defensores de la democracia a aquellos que han matado policías”.

El europarlamentario de EH Bildu Pernando Barrena defendió por su parte “la lucha completamente legítima” contra la dictadura de ambos, que fueron fusilados “porque las vías democráticas estaban totalmente cerradas. En eso, al menos, tendría que haber acuerdo si no queremos blanquear la dictadura”.