El Parlamento Vasco ha conseguido cerrar un primer año de legislatura sin que le alcance la nube tóxica de la crispación que se vive en el Estado español. En el acto de balance que organizó en junio, el lehendakari Pradales agradeció las formas y el respeto que han imperado en la política vasca pero no ocultó que, más allá del envoltorio, en el fondo, existen diferencias de calado, por ejemplo, con EH Bildu, que “ha centrado su atención en confrontar modelos y ha abogado por una mayor intervención desde el control público”. El grupo de Pello Otxandiano no apoyó los Presupuestos, ni la tramitación de las medidas urgentes de vivienda, ni el pacto de salud (cuestiona la mera existencia de ese acuerdo). La única votación estratégica que sí ha respaldado ha sido la del endeudamiento adicional de mil millones para la industria, y puede ser significativo que fuera el único partido de la oposición que acompañó a PNV y PSE, pero a nivel de discurso dejó caer que ese dinero se debe usar de manera “inteligente” y promover también un fondo de vivienda.

PNV y EH Bildu cierran un primer año presidido por el choque de modelos, que se ha agravado en los primeros compases de este verano con el señalamiento de la Ertzaintza por parte de este sector político tras los incidentes en Azpeitia y tras la acampada no comunicada de GKS en Gasteiz. No es nuevo que mantengan posiciones contrapuestas en la gestión económica o en el relato y la convivencia, pero en los últimos días EH Bildu ha querido extender su labor de oposición a ámbitos que parecían propicios para el acuerdo, como el blindaje del euskera en el empleo público. Se cansó de esperar al PNV y al PSE y registró su propia iniciativa para dar la vuelta al modelo, generalizar la exigencia de euskera en las OPE, y fijar únicamente excepciones muy tasadas. Con este recorrido, el próximo ejercicio que arranca en otoño se presenta complicado en materia de acuerdos, sobre todo, si uno de los ejes centrales del debate va a ser la seguridad con el Basque Segurtasun Foroa. Además, las elecciones municipales y forales de 2027 van a estar un año más cerca, con lo que puede suponer en términos de tensionamiento del debate.

Que EH Bildu quiera visualizar su alternativa es algo que cabía esperar porque es su trabajo como oposición, y porque el partido de Arnaldo Otegi consiguió empatar a 27 escaños con los jeltzales, aunque el PNV ganó el número de votos y gobierna con el amplio respaldo social que le da su mayoría absoluta con el PSE. Lo que ocurre es que el PNV tiene la sensación de que buena parte de los desmarques de EH Bildu responden a una decisión política tomada de antemano para marcar perfil legítimamente, pero cree que EH Bildu no lo admite y opta por un discurso inmaculado para transmitir que es el PNV el que no quiere pactar y aplica el rodillo. Durante la tramitación presupuestaria, el Gobierno vasco ya esgrimió como prueba para desmentirla que, a pesar de no necesitar más votos para sacar adelante su proyecto, el consejero d’Anjou mantuvo siete reuniones con ella y le presentó cinco ofertas, la última de las cuales recogía 100 millones plurianuales para la compra de vivienda de protección oficial.

La dialéctica izquierda-derecha

Poco después, Arnaldo Otegi comenzaba a sugerir que EH Bildu se iba a reservar la revisión fiscal que se negociaba en las Juntas Generales como un espacio para escenificar su alternativa. En una comparecencia el 24 de enero, cuando aún no estaba claro lo que podía dar de sí el diálogo, Otegi estaba llamando ya a “desdramatizar” los desacuerdos, y recurrió a argumentos ideológicos agitando la dialéctica izquierda-derecha. En concreto, contrapuso el modelo de rebajas de impuestos de la presidenta madrileña Isabel Díaz Ayuso, y el modelo “de los países más avanzados de Europa”, en un intento de situar al PNV cerca de las élites, y a EH Bildu con los modelos europeos. 

EH Bildu terminó rechazando la revisión vasca, pero Podemos dio la sorpresa y alcanzó un acuerdo con PNV y PSE que dejó fuera de juego a la izquierda abertzale y le demostró que no es la única socia posible. Desde entonces y con el espaldarazo de dos socios de izquierda como lo son PSE y Podemos, el PNV ha presionado a EH Bildu para que aclare qué es lo que no comparte de una revisión que pone facilidades para adquirir vivienda. Además, se incluían medidas para las rentas bajas, como que las personas que cobraran hasta 20.000 euros quedaran exentas de pagar impuestos pero, al mismo tiempo, pudieran recuperar parte del dinero que han pagado por el alquiler.

El pacto o el "no pacto" de salud

La mesa para el pacto sanitario, la gran iniciativa por excelencia de Pradales en el primer año de legislatura, ha terminado también sin la concurrencia de EH Bildu, que niega incluso que exista un acuerdo y habla de “no pacto de salud”. Apoyó las conclusiones de menos de la mitad de las mesas, 11 de 24; rechazó 8 y se abstuvo en 5. El Gobierno vasco puso el foco en las novedades, como las medidas para reducir la carga burocrática de los médicos para que puedan dedicar más tiempo a atender a los pacientes, la incorporación de otros perfiles como el personal de psicología en atención primaria, o valorar como mérito la exclusividad en el sector público para ser jefe de servicio. EH Bildu, por el contrario, se enrocó en la colaboración público-privada, que para Otxandiano era “el tema” de la mesa de salud. Ya queda lejos, pero antes de que comenzara esta dinámica de diálogo, EH Bildu había deslizado otra idea: que el diagnóstico no podía limitarse a identificar causas como el envejecimiento de la población o la sobrecarga por el coronavirus, sino que había que asumir responsabilidades por la gestión y las decisiones organizativas. Sus palabras sugerían un pacto con un componente de auditoría para pasar factura al Gobierno, y eso no se ha producido.

Desencuentros en vivienda

Una de las últimas decisiones de EH Bildu en este primer ejercicio ha sido votar en contra de que se tramite la proposición de ley de medidas urgentes en materia de vivienda, porque incluye un punto que permite a los ayuntamientos (permite, no obliga) rebajar del 75% al 60% la cuota de vivienda protegida en las promociones. La idea es que las promotoras no se nieguen a construir casas. Además, EH Bildu se opone a la línea de avales para cubrir el 20% del préstamo que no suelen conceder los bancos, con el argumento de que serán los fondos públicos los que asuman posibles impagos.

El Cupo energético y la "medalla" de Pradales

En la línea de confrontar proyectos, el Parlamento Vasco también ha celebrado un pleno monográfico sobre el modelo socioeconómico a petición de Pello Otxandiano. El portavoz de EH Bildu puso sobre la mesa sus iniciativas, como la creación de un Banco Vasco de Inversiones, pero no dio la sensación de que supiera encajar el protagonismo que cobró el lehendakari cuando anunció que reclamaría al Gobierno español un Cupo energético e industrial para elevar la capacidad eléctrica. Otxandiano le afeó que no fueran de la mano y dijo que no se trata de “colgarse la medalla”.

El futuro... con la seguridad en el centro

El segundo año que queda por delante podría prometer turbulencias, sobre todo en seguridad. Los ayuntamientos de EH Bildu de Zumaia, Getaria y Azpeitia ya impulsaron una oferta pública de empleo propia para las policías municipales, y una de esas localidades, Azpeitia, ha sido motivo de enfrentamiento entre ambos partidos a cuenta de los incidentes tras la multa a un joven por realizar una pintada. La pugna se extiende al nuevo estatus de autogobierno, donde Otxandiano culpó hace unos días al líder del PNV, Aitor Esteban, de “enfriar expectativas” aunque, al mismo tiempo, admitió que siguen hablando. Hasta tal punto ha llegado el propósito de marcar la diferencia, que Otxandiano intentó hace unos meses abrir el melón de las competencias de las haciendas forales y terminó rectificando. 

¿Los acuerdos se alejan en todos los ámbitos? EH Bildu ha demostrado habilidad comunicativa y, cada vez que el PNV le recrimina su cerrazón, responde rebajando el tono. Además, el Gobierno vasco lo seguirá intentando, pero sin conceder a EH Bildu un rango especial y tendiendo la mano a todos, salvo a Vox.

Nuevo curso: Consejo de Miramar el 28 de agosto y pleno de Pradales el 18 de septiembre

El nuevo curso político en la comunidad autónoma vasca comenzará oficialmente el jueves 28 de agosto, con el tradicional Consejo de Gobierno en el Palacio Miramar de Donostia. El Ejecutivo de Pradales participó en su última reunión el lunes de la semana pasada, la última de julio. En la cita de Miramar del año pasado, Pradales presentó su propuesta de pacto para un ejercicio ejemplar de la política sin recurrir al insulto y sin utilizar en beneficio propio a la sociedad civil y, aunque no tuvo el recorrido parlamentario que se esperaba por las discrepancias entre los partidos y el desmarque del PP, en el próximo curso habrá oportunidad de retomar esa cuestión con la ponencia para mejorar la calidad democrática. Hay otros debates que sobrevuelan ese ámbito, como la tramitación de la Ley de Transparencia. 

A nivel parlamentario, el 2 de septiembre se producirá la próxima reunión de la Mesa, y a partir del lunes día 8 ya están agendadas varias comisiones sobre vivienda para recoger aportaciones a la proposición de ley de medidas urgentes de PNV y PSE. Pero, para que comiencen los plenos ordinarios y de control con preguntas al Ejecutivo, habrá que esperar hasta que se produzca antes una de las grandes citas políticas del año, el pleno de política general.

Ese pleno tendrá lugar el jueves 18 de septiembre, y será el primero de esas características en el que participe Pradales. El año pasado, Pradales venía de protagonizar el pleno de investidura en junio, de manera que ya había tenido ocasión de desgranar su programa y no se celebró otro de política general. El lehendakari, como es habitual en estas citas, pondrá sobre la mesa sus prioridades, entre las que, con toda probabilidad, figurará el debate sobre la seguridad en las calles y la seguridad integral, que ya se está abordando en el Basque Segurtasun Foroa liderado por el consejero Bingen Zupiria. El lehendakari también tiene la mirada puesta en los Presupuestos para 2026 y en todos los asuntos pendientes que tiene que gestionar en sus conversaciones con el presidente español, Pedro Sánchez. En la última reunión de la Comisión Permanente, logró abrir la espita de las transferencias de la Seguridad Social con las prestaciones no contributivas por cuidado familiar, pero no encontró la misma disposición en el Ministerio de Sumar y, por tanto, quedaron en el tintero las prestaciones contributivas de desempleo y los subsidios de desempleo. La nueva comisión prevista para el último trimestre del año está llamada a desencallar este asunto, mientras se negocia una vía para que su Gobierno gestione los aeropuertos con una filial de Aena con participación vasca.