La transferencia de la gestión del régimen económico de la Seguridad Social a la comunidad autónoma vasca, y eventualmente a Nafarroa, va a tener que enfrentarse a las resistencias de determinados colectivos de funcionarios y también de la derecha española, que invoca el comodín de la “caja única” del Estado. Pero, si durante años han existido también reservas en los sindicatos por si el traspaso implicara una ruptura de la solidaridad y la bolsa de las cotizaciones, o mejores condiciones para los jubilados en función de dónde vivieran, entre las centrales se está recibiendo ahora con pragmatismo y normalidad el acuerdo PNV-PSOE. Este acuerdo contempla cumplir la letra del Estatuto de Gernika, que recoge un traspaso solidario, circunscrito a la gestión, y que se realizaría mediante convenios. El secretario general de CCOO, Unai Sordo, asegura en una entrevista que publicó ayer la agencia Efe que no existe ningún riesgo de ruptura de la “caja única” de las pensiones. “Hay ya suficientes pronunciamientos, incluso sentencias del Tribunal Constitucional, que hacen que esté claro que no está en juego ni en riesgo la ruptura de la caja única de la Seguridad Social”, dice, para añadir que “otra cosa es que, si se transfiere la gestión de ese régimen económico, pues quizá se produzca una transferencia de recursos humanos y recursos materiales”.

Estas declaraciones se suman a las que pronunciaba hace unas semanas el representante de UGT Euskadi, Raúl Arza, quien descartaba también la ruptura de la caja: “Nadie va a cambiar aquí en Euskadi cuantías ni la forma de acceder a ellas”. Además, señalaba el sinsentido y lo poco práctico que supone tener que peregrinar de ventanilla en ventanilla para acceder a las prestaciones, a Lanbide para las políticas activas, y al Servicio Público de Empleo Estatal para las pasivas, según explicó en Radio Euskadi. Estas declaraciones restan ruido y presión al Gobierno del PSOE y Sumar, y son especialmente valiosas para un gabinete de izquierdas que podría recibir con preocupación las críticas sindicales.

El PNV aún mantiene como aspiración política, en otra fase, la creación de un sistema propio de pensiones (en su momento planteó un sistema mixto que pudiera financiarse en parte con aportaciones a los planes de empresa privados). Pero ahora se va a negociar siguiendo la letra del Estatuto, con respeto al carácter unitario de la Seguridad Social (no se habla de una caja única, concepto que agita sobre todo la derecha española llamando en ocasiones a equívocos), respetando la legislación básica del Estado que fija cuantías y requisitos, y con solidaridad. l