“Aquello fue un teatro de no sé cuántos actos”. Así califica Pili Zabala, hermana de Joxi Zabala, que junto a Joxean Lasa fueron las primeras víctimas de los GAL hace ahora 40 años, el proceso judicial por este caso. La sentencia fue “ejemplarizante por los años de condena”, que después fueron aumentados en cuatro años más por el Tribunal Supremo. Pero tiene unas fallas fundamentales, en primer lugar que “no reconoció el delito de tortura”. A ello se suma que “la ejecución penitenciaria no se cumplió”, dada la escasísima permanencia en prisión de los condenados, todos ellos funcionarios del Estado.

La exparlamentaria vasca y activista por los Derechos Humanos se pronunció así en una charla organizada por la asociación Gogoan y celebrada ayer martes en Bilbao con el título Lasa-Zabala: GAL, 40 años. Este domingo, día 15, se cumplen cuatro décadas del secuestro en Baiona de Lasa y Zabala, que después fueron torturados y asesinados, lo que hizo que la cita de ayer fuera totalmente pertinente. En la misma, Zabala compartió mesa con el periodista de investigación Antonio Rubio, especialista en sacar a la luz el terrorismo de Estado durante este largo periodo. Acudieron como público el secretario general del PSE, Eneko Andueza, y el delegado del Gobierno en la CAV, Denis Itxaso.

Por estos hechos, la Audiencia Nacional condenó en abril de 2000 a 71 años al exgobernador civil de Gipuzkoa, Julen Elgorriaga; a 69 años de prisión al general de la Guardia Civil Enrique Rodríguez Galindo; y con la misma pena al teniente coronel Ángel Vaquero. También fueron sentenciados a 67 años y 8 meses de cárcel los guardias civiles del cuartel de Intxaurrondo Enrique Dorado y Felipe Bayo, como autores materiales del crimen. Rodríguez Galindo estuvo menos de cinco años en prisión, tras lo que se le concedió cumplir la pena fuera de la cárcel por motivos de salud. Elgorriaga tampoco llegó al año de internamiento, recordó Zabala.

Pero “lo que más me preocupa”, admitió en la Sala de Juntas de Bizkaia, donde se celebró la mesa redonda, es una pregunta con una respuesta evidente: “¿Estaban arrepentidos?”. A lo que añadió la inseguridad que provocaba el hecho de que “no podíamos garantizar que no lo volvieran a hacer”. Su conclusión es contundente: “El sistema judicial español beneficia al reo”.

El inicio de su intervención estuvo marcado por la denuncia de que “pocas víctimas del GAL han sido consideradas víctimas del terrorismo”, entre ellas su hermano y Joxean Lasa. “¿Por qué?”, se preguntó respecto a una circunstancia que incumple, según subrayó, todas las normas de máximo rango en Derechos Humanos. Censuró entonces la “ingeniería jurídica” puesta en marcha para justificar que eran miembros de ETA y que impide su consideración como víctimas, cuando “ninguna persona puede ser declarada culpable sin ser sometida a juicio”. Por ello, ahora “no se puede decir que eran miembros de ETA, es un error histórico”, zanjó.

Solidaridad

Pili Zabala también se refirió a la “difamación” sufrida por la tumba de Fernando Buesa y el monolito en recuerdo del político del PSE y su escolta, Jorge Díez. Recordó la profanación de “lugares que deberían ser sagrados” padecida también en el caso de su hermano y de Lasa, y dijo que al enterarse la semana pasada “lo primero que hice fue llamar a Sara y Marta”, las hijas de Buesa. “Todo aquello que a mí me duele no lo quiero para nadie”, aseguró, y añadió que “su dolor es mi dolor”, una censura a la que se sumó Antonio Rubio.