Del temor a una repetición electoral se ha pasado con el transcurso de los días a un estado de ciertas expectativas en la investidura de Pedro Sánchez por la situación de necesidad de todos los actores políticos. No se trata solo de los mensajes de Carles Puigdemont desde Junts, sino también de los propios socialistas, que no han dado un portazo a la Ley de Amnistía que les pide el soberanismo catalán, y han respondido con altas dosis de diplomacia a la propuesta del lehendakari Urkullu sobre una convención constitucional, una muestra de que el PSOE no quiere tensar la cuerda con ningún potencial apoyo y que, al menos por ahora, parece estar dispuesto a remover todos los obstáculos para que Sánchez siga en La Moncloa. En este contexto, el burukide del área institucional del EBB del PNV, Koldo Mediavilla, se ha mostrado este jueves “convencido” de que “más pronto que tarde” habrá un gobierno en el Estado español, y recordó que el propio Sánchez se define a sí mismo como un superviviente y cree que hará "lo imposible" para llegar a la meta. Eso sí, avisó de que, para ello, tendrá que asumir “compromisos firmes” y tener voluntad. 

En una entrevista concedida a Radio Popular, Mediavilla aseguró que para el PNV “sería conveniente que hubiera un Gobierno de coalición” y que “lo peor” que podría ocurrir es que se repitieran las elecciones por la actuación “interesada” de unos u otros. A partir de ahí, constató una vez más que “la política en el Estado se mueve por elementos tácticos más que por principios generales de búsqueda de grandes consensos”, “regates en corto para intentar llegar a La Moncloa” que en esta ocasión pueden hacer que haya gobierno pronto. “En esa situación, estamos convencidos de que más pronto que tarde habrá gobierno en el Estado, sobre todo teniendo en cuenta la capacidad que tiene Pedro Sánchez, un gran corredor de obstáculos, para saltar las vallas e intentar llegar a la meta”, añadió.

Pero, para ello, Sánchez tendrá que asumir los compromisos que le piden sus socios y que, en el caso del PNV, pasan en primer lugar por cumplir los acuerdos que quedaron en agua de borrajas en la anterior legislatura, como las transferencias, incluida la gestión del régimen económico de la Seguridad Social; y también abordar el asunto de las distintas nacionalidades del Estado.

El precedente de Companys

Sobre la Ley de Amnistía que piden los soberanistas catalanes, le dio un barniz de normalidad política al recordar, por un lado, que los problemas políticos se deberían haber solucionado por la vía de la política y se debe regresar al ámbito de la normalidad eliminando el elemento represivo; y, por otro lado, recordó que existe el precedente del expresident Lluís Companys, quien proclamó la república catalana desde el balcón de la Generalitat en 1934, fue condenado a 30 años de prisión, y resultó finalmente amnistiado en 1936, precisamente por un Gobierno del Frente Popular, del PSOE y otras fuerzas de izquierda. Esta decisión se tomó en el marco de una promesa electoral más amplia, para todos los delitos políticos previos a 1933, pero los paralelismos con la situación de los encausados por el procés o el propio Puigdemont saltan a la vista.

Mediavilla apostó por la “generosidad” y, en cuanto al fondo del asunto, avisó de que hay que abordar el encaje de las nacionalidades “hoy, mañana o pasado”. Cuando se le preguntó si en esta legislatura va a cuajar algún paso sobre el derecho a decidir, respondió que hay una “ventana de oportunidad”. El PNV es “consciente de que va a ser laborioso” y “hará todo lo que esté en su mano” para lograr un acuerdo que pueda ser ratificado por la sociedad vasca. Sobre la complejidad de la legislatura, insistió en que Sánchez “se ha definido como un superviviente y hará lo imposible por seguir en Moncloa; una vez nominado, será difícil descabalgarlo”. “Puede llegarse a una investidura favorable pero, para eso, debe haber compromisos firmes y voluntades”, zanjó.