Han pasado 45 años desde que desapareciera sin dejar rastro. Y pese a que cuatro décadas y media hayan dejado profundas huellas, y alguna que otra presunción sobre quiénes pudieron acabar con su vida, nadie sabe a ciencia cierta qué sucedió con Eduardo Moreno Bergaretxe, Pertur, . Ni siquiera su propia madre, Marta, fallecida el viernes todavía preguntándose qué habria sido de su hijo, y quiénes estuvieron tras su desaparición. José Manuel Bujanda, histórico del aber-tzalismo y coetáneo de Pertur en aquellos tiempos de ETA, glosa la figura de una mujer "que ha fallecido sin saber qué fue de su hijo, sin saber qué sucedió con él, ni haber podido esclarecer su muerte"."Siempre mantuvo la esperanza de que, de alguna forma u otra, se supiese qué pasó con él, quiénes fueron los encargados de hacerlo desaparecer, y jamás ha sabido nada", señala Bujanda sobre un caso Pertur que siempre ha dejado más interrogantes que certezas. Y es que apenas se saben cuatro pinceladas de su vida y, sobre todo, de cómo pudo haber muerto. Un informe hecho público por el Instituto Vasco de la Memoria -fechado en 2017- asegura que "nada se sabe de lo que aconteció ese mediodía del 23 de julio de 1976 después de que Apala y Pakito llevaran a Pertur en coche desde San Juan de Luz a Behobia (Hendaia) y lo dejaran cerca de la frontera".

Dos son las principales hipótesis. "Las primeras sospechas recayeron sobe los grupos parapoliciales españoles que ya venían atentando contra los refugiados de ETA en el País Vasco Francés. Además, la reivindicación del secuestro por la Alianza Apostólica Anticomunista de España y por el Batallón Vasco Español a los pocos días del suceso reforzó esa idea". No obstante, la familia pronto viró hacia la idea de que ETA lo hubiese asesinado, debido a un ajuste de cuentas entre las propias facciones de la organización armada, ya que dos de sus principales miembros fueron quienes vieron con vida la última vez a un hombre que, sin embargo, había recibido varios avisos de los cuerpos parapoliciales del Estado años antes de que desapareciera. Así lo relata Gogora. "Sin embargo, la familia, año y medio después, teniendo constancia de la rivalidad de los dirigentes de los comandos especiales de ETA-pm Bereziak hacia Pertur (liderados por Eugenio Etxebeste, Miguel Angel Apalategi y Francisco Mujika Garmendia) y por el hecho de que Apala y Pakito fueran los últimos que le vieran con vida, les señaló como sospechosos". Pertur apostaba por abrir el camino a la acción política.

Cuatro meses antes de la desaparición de Pertur, a finales de marzo de 1976, la madre de Eduardo Moreno fue "retenida cerca de la frontera de Irun cuando iba a ver a su hijo", años antes de que desapareciera. Marta Bergaretxe fue conducida al domicilio particular del jefe de Policía de Irun, López Maturana, donde permaneció tres días detenida. "La única explicación que se obtuvo a tan extraña detención se vio muchos años después durante las diligencias abiertas por el juez Andreu (2008-2012) sobre la desaparición de Moreno Bergaretxe", aseguran. "Las ha pasado -por la madre de Pertur- de todos los colores", resalta un Bujanda que conoce de primera mano a la familia. "Y pese a que ha luchado enconadamente por saber qué pasó con su hijo, jamás ha podido esclarecer nada", lamenta.

sin descanso

"Marta se ha ido con una pena tremenda", señala un Bujanda que conoció más "a la persona tras esta historia que a la familia", siendo un hombre que compartió la actividad clandestina con Pertur. Y que tiene su propia versión de la historia. "Cada vez tengo más claro que fue ETA quien hizo desaparecer a Pertur". Empero, llama a que su muerte, todavía inmersa entre la niebla, "se esclarezca de una vez. Que se sepa la verdad, que se sepa qué fue lo que le pasó y por qué se fue de un día a otro. Y, sobre todo, que sepamos donde está su cadáver, para que su familia pueda descansar de una vez por todas".