Bilbao reedita su escaño y el PNV es la fuerza más votada en los siete territorios

- El PNV siguió con tranquilidad la jornada electoral en Sabin Etxea. Rostros relajados y "buenas sensaciones" en los cargos que se acercaron a compartir sus impresiones con los medios de comunicación antes de que salieran a la luz los primeros datos del escrutinio de los comicios europeos. Las cifras tardaron en llegar, ya que hubo que aguardar a que cerraran también los colegios italianos, lo que provocó que no hubiera demasiado movimiento en la sede y que no fuera hasta las once de la noche cuando comenzaran a cercarse en buen número los simpatizantes jeltzales. El partido tenía las encuestas de cara, ya que pronosticaban que reeditaría su escaño en Europa, y las previsiones terminaron cumpliéndose. La Coalición por Europa de PNV, CiU, Coalición Canaria y Compromiso por Galicia renovó sus actuales tres escaños del Europarlamento, ensanchó incluso su porcentaje de votos al pasar del 5,1% de 2009 al 5,44% de ayer, e Izaskun Bilbao, segunda en la lista, revalidó así holgadamente su asiento en Europa. Haciendo una lectura más interna, centrada en Euskadi, a pesar de que la cita de ayer supusiera el primer test para el PNV desde que accediera al Gobierno vasco y a pesar de que le haya tocado hacer frente a una complicada situación económica, no sufre el desgaste que sí ha padecido, por ejemplo, el Ejecutivo español de Mariano Rajoy. Los jeltzales volvieron a ser la fuerza más votada en la CAV, con 208.151 votos, por encima de los 177.087 de EH Bildu, una cifra muy similar a la de 2009, cuando logró 208.432 papeletas. Además, mientras en la anterior cita europea el PSE le pisó los talones situándose en la segunda plaza a tan solo 6.000 votos, en esta ocasión la brecha con la segunda plaza ha sido mayor, con más de 30.000 votos de diferencia sobre EH Bildu, aunque la coalición se ha impuesto en Gipuzkoa y Araba. Si se suman las papeletas obtenidas por una y otra candidatura en Nafarroa, es la coalición abertzale quien aventaja al PNV, pero en el cómputo total de los siete territorios de Euskal Herria son los jeltzales quienes se imponen. La izquierda abertzale no presentó candidatura propia al otro lado de la muga. Por todo lo anterior, la plana mayor del PNV y cargos del Gobierno, entre ellos el lehendakari, comparecieron prácticamente a medianoche con gestos de satisfacción para dar por alcanzados los objetivos de campaña. "Misión cumplida", sintetizó Andoni Ortuzar.

En Nafarroa, el PNV logró 5.404 votos, a mucha distancia de los 43.060 de EH Bildu. Los jeltzales han tenido tradicionalmente menor implantación que EA, Aralar o la izquierda abertzale en la comunidad foral, un dato que ayuda a comprender la fotografía de ayer. De hecho, dejando al margen los comicios europeos de 1999, muy condicionados por Lizarra, en los que hubo una espectacular movilización del electorado abertzale y el PNV logró 17.030 votos, su marca habitual en Nafarroa en esas elecciones se ha situado en torno a los 3.000. Su segunda mejor marca después del hito de 1999 la logró en 2004, con 4.188 sufragios. El PNV, que ha recibido el apoyo de Geroa Bai en campaña, superó ayer esa posición. Si se suman los 7.210 votos del PNB en Iparralde con su candidato Jean Tellechea, los jeltzales ascienden a 220.765 papeletas en Euskal Herria, por encima de las 220.147 de EH Bildu. A nivel europeo, el grupo parlamentario en el que se inserta, ALDE, volvió a ser tercera fuerza. Pierde doce escaños, pero se mantiene fuerte y finalmente el pronosticado auge de los grupos minoritarios de izquierda en Europa no fue tal y no lograron desplazar a ALDE.

Ortuzar aseguró que el PNV "ha ganado las elecciones", y se felicitó por que Bilbao haya revalidado su escaño en Europa, lo que le permitirá "seguir defendiendo los intereses de Euskadi" otros cinco años. "Los vascos seguirán teniendo una voz propia", sentenció, para recordar también que el PNV podrá seguir abogando por una Europa "más cercana y solidaria". El presidente del EBB quiso dejar claro que su partido "ha ganado en la CAV y los siete herrialdes", lo que le llevó a concluir que los jeltzales han "consolidado su liderazgo en Euskadi" a pesar del "afán del bipartidismo de silenciar al PNV". En ese sentido, subrayó el "rotundo fracaso" de PSE y PP de la CAV en una Euskadi cada vez "más abertzale". También pidió al Estado que sepa leer los resultados en la CAV y Catalunya para analizar el modelo territorial y forjar un acuerdo "bueno para todos".

Los jeltzales se enfrentaban a una cita complicada. PSOE y PP habían desaconsejado votar a formaciones con menor implantación en el conjunto estatal, como el PNV, por considerar que un escaño no serviría de nada para influir en las políticas europeas. La abstención se preveía elevada, y los jeltzales se enfrentaban a una izquierda abertzale muy movilizada y fiel, y ya asentada -su presencia en las europeas, marcada por los procesos de ilegalización, había sido hasta la fecha intermitente, y sus resultados muy desiguales-, y a un mapa electoral en el que, al margen de las cuatro grandes familias de la CAV, vuelve a tomar cuerpo una quinta alternativa de izquierdas, que en su día era encarnada por EB. La formación Podemos se ha hecho un hueco, y ello obliga a redistribuir y achicar espacios también en Euskadi entre las otras cuatro grandes fuerzas.