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Maturana: "Era tan intenso que no había ni vacaciones"

Maturana, que no olvida aquella vorágine, guarda todas las actas de las reuniones entre 1976 y 1980

Maturana: "Era tan intenso que no había ni vacaciones"Foto: rubén plaza

HacE diez años abandonó la política y desapareció del mapa informativo, pero hasta entonces, José Antonio Maturana, (Donostia 1948) ) había sido un referente en Euskadi. "Ha cambiado mucho el funcionamiento de los partidos, antes eran más vivos, ahora se han convertido en máquinas electorales", apunta. En tres décadas dedicado a la cosa pública, sus años más felices transcurrieron en aquella primera época del Congreso. "Tenía solo 28 años cuando fui elegido. Recuerdo esa etapa con gran ilusión porque era la recuperación de la democracia. Y yo había luchado contra el franquismo. Desde el 71 llevaba en el PSOE en movimientos como los abogados jóvenes de San Sebastián, donde hacíamos una especie de turno de amparo contra las detenciones arbitrarias de la Policía. Por eso, fue un gran orgullo estar en las primeras Cortes Constituyentes".

Aunque ya había pasado por el Consejo Consultivo del Gobierno Vasco en el exilio con Txiki Benegas, "en Madrid viví momentos de una intensidad política tremenda, hasta tal punto que yo guardo un archivo personal de aquellos años, con hemeroteca y documentación. Tengo todas las actas de las reuniones que celebramos desde el año 76 hasta el año 80... Fíjese la intensidad, que no teníamos ni vacaciones. Nos reuníamos todas las semanas, incluso en verano, en julio y en agosto. Entonces se hizo la Asamblea de Parlamentarios vascos en el 77, el embrión del I Consejo General vasco, al que yo pertenecí...".

"Ahora, todo se ha profesionalizado mucho más. Pero entonces, en un mes, la comisión Ejecutiva del PSE llegaba a reunirse hasta seis veces. Vivíamos los temas muy intensamente, los analizábamos y había una labor de equipo importante, con mucho feeling", indica, esbozando brochazos para transmitir a su interlocutor aquellas ganas de hacer cosas. "Aunque éramos jóvenes, éramos muy conscientes que lo teníamos que hacer porque los movimientos políticos iban a gran velocidad; la Constitución, el Estatuto de Autonomía...".

Fue uno de los padres del Estatuto. "Se hizo con muchísimas reuniones, no solo dentro del Partido Socialista, sino también con otras fuerzas. Todos los partidos políticos, incluso los extraparlamentarios, los carlistas, la ORT... pudieron presentar sus aportaciones. Tuvimos unas sesiones en Gasteiz muy duras porque hacía un frío tremendo. Estábamos a varios grados bajo cero y allí nos reuníamos para ir sacando el proyecto. En dos años parecía que habían transcurrido diez de la gran cantidad de cosas que hacíamos".

Pero repentinamente Maturana cerró esta etapa e ingresó en otra aún más contundente y regresó a Euskadi en 1980. "Yo estaba en la dirección del PSE y, desde la Ejecutiva, se consideró que debía regresar para apuntalar todo lo que se venía encima como las primeras elecciones al Parlamento Vasco".

Vicepresidente del Parlamento, secretario general del Grupo Socialista, portavoz del grupo, consejero de Vivienda y Medio Ambiente (1991-1994) y de Transportes y Obras Públicas (1995-1998), "menos la Presidencia he ocupado todo el recorrido institucional parlamentario", precisa. Es cuando la periodista recuerda su etapa de consejero y le comenta que en Bilbao hay tranvía gracias a su gestión. "Sí -reconoce ufano-, en Gasteiz no quisieron el tranvía, después de un debate larguísimo, Cuerda no se atrevió, me fui a Bilbao con el presupuesto y dije: ¿Os interesa? Ortuondo me lo cogió con los brazos abiertos y a los dos meses ya estaba hecho el trazado".

Pero Maturana prefiere recrearse en su recorrido político en Madrid porque "cuando asumes una responsabilidad institucional del calibre de ser consejero, todo se debe hacer con mucha más reflexión y quizá ejercí más la política en la primera parte de mi vida". "Aunque son dos partes en las que he disfrutado mucho personal y políticamente. He hecho buenos amigos. He sufrido también mucho porque he perdido muchos compañeros en atentados terroristas en momentos muy complicados".

Salvo los tres años que residió en Madrid, ha vivido siempre en Donostia y desde que se retiró vive volcado en la actividad privada. "En la vida pública hay que trabajar a gusto y en 2001 decidí que ya había pasado una etapa. Mantenía además ciertas discrepancias políticas y me pareció que era el momento de dejarlo aunque podía haber seguido", concluye.