Iñaki Artola: “La final del Manomanista cierra un círculo entre Altuna III y yo”. Cuestionado sobe la frase de su rival del domingo en la cita más importante del curso, el actual campeón expresa que “es algo muy bonito para mí”. Jokin (Amezketa, 1996) quiere repetir trono en un choque donde se cruza con un gran amigo desde la infancia en el frontón Bizkaia de Bilbao.
¿Cómo llega a su sexta final del Manomanista?
—Estoy bien. No hay excusas. Ahora mismo estoy bien, sin problemas de manos y con el físico a punto. Llego con muchísimas ganas y con la intención de salir a tope.
Se encuentra con Iñaki Artola, un manista con pegada, que jugará su primera final del Manomanista de Primera. ¿Qué rival se cruzará en el frontón Bizkaia de Bilbao?
—Es un adversario muy fuerte. Ha llegado a esta final por méritos propios. Lleva dos o tres años jugando a un nivel muy regular y se ve que está con confianza. Es un encuentro muy complicado. Iñaki le imprime mucha velocidad a la pelota, así que debo intentar llevar el ritmo del partido.
Es fácil de decir, pero complicado de llevar a cabo.
—Desde fuera da la sensación de que los partidos van por unos derroteros, pero luego el contrario también hace lo suyo. Trato de no fijarme en nada de eso. Tengo que salir mentalizado de que él puede coger el saque y hacerme una avería. Al fin y al cabo, uno tiene que estar preparado para todas las variables y aguantar cuando te toca sufrir. Después, cuando tenga yo pelota, tengo que aprovechar, como hice en la semifinal ante Unai Laso –comenzó con un 15-0 que le allanó el terreno–.
Respecto a lo sentimental, Iñaki Artola confesaba que esta final del Manomanista ante usted suponía cerrar el círculo de la carrera de ambos. ¿Qué opina?
—Es algo muy bonito para mí. Debutamos juntos y siempre hubo muchas expectativas depositadas en nosotros. Se suponía que estábamos llamados a jugar más de una final en contra. Ha tardado. Hace cuatro años iba a suceder, pero fue una pena su lesión en el dorsal –le tuvo varios meses de baja–. Cuando acabó mi semifinal, lo dije bien claro: quería que él ganara la suya, porque para mí también va a ser algo precioso. Aun así, ya hemos jugado algunos partidos importantes en contra y estamos acostumbrados a ello. A ninguno de los dos le va a faltar aliento.
“No me gusta el exceso de crítica cuando pierdes ni el halago en la victoria. Creo que el halago debilita un poco”
El Iñaki actual
Se encontraron en la semifinal del Manomanista de 2024 en el Atano III de Donostia. Artola venía como un tiro, pero él no dio su mejor versión y le ganó por 22-10. ¿Hay que tenerlo en cuenta?
—Uno nunca sabe qué puede suceder. También hay que tener en cuenta que el año pasado acerté mucho con el saque y jugué muy agresivo, pero él venía de estar a un gran nivel y, sin embargo, no tuvo su mejor día. Las estadísticas existen y están ahí, pero cada partido es un mundo y hay que jugarlo. Intentaré salir a tope.
“Llegar a ocho finales seguidas del Cuatro y Medio es el logro más grande que he conseguido”
Es un pelotari muy analítico. ¿Cuál es la diferencia entre el Artola de hoy con el de hace unos años? ¿Dónde radica la clave?
—Artola es y ha sido un grandísimo pelotari, pero hay que tener suerte con otra serie de factores. A Iñaki tal vez le han pasado factura las lesiones y la continuidad. Ha tenido picos en los que ha jugado a un nivel altísimo, pero hay otras cuestiones. Fíjese, jugamos tres campeonatos durante la temporada y en esos campeonatos hay partidos clave; puede ser que en esos instantes no haya tenido suerte con las lesiones o no le hayan salido las cosas. En estos años ha dado un salto: confía mucho más en él mismo, le veo centrado y está jugando mucho. Siempre ha sido un rival muy duro. Siempre he valorado mucho a Iñaki como pelotari.
Ser humano
Por ejemplo, en el Campeonato de Parejas de Primera de 2024 usted mismo defendió que era un pelotari de Primera pese a encontrarse en situaciones en las que no había gozado de oportunidades arriba.
—Ha vivido etapas en las que le ha tocado estar abajo, pero su lugar no es ese. Todos los pelotaris vivimos momentos mejores y peores, pero mire dónde está ahora. Me alegro por él. En cualquier caso, no afronto de forma distinta este partido por ser una final del Manomanista. Contra él todos los partidos son especiales. Sabemos diferenciar y el domingo estaremos concentrados en Bilbao a lo nuestro, pero siempre habrá ese buen rollo entre nosotros.
Ha estado fuera de las últimas dos finales, la del Cuatro y Medio y la del Campeonato de Parejas de Primera. Por ejemplo, en este último campeonato ni siquiera entró en el ‘play-off’. ¿Cómo lo ha vivido?
—Lo he tomado con bastante tranquilidad, sabiendo que los resultados pueden ser a tu favor o en contra, pero ¿qué es salir las cosas bien o salir mal? Si se relaciona lo positivo con sacar txapelas, no es algo bueno. No siempre es posible. Y no solo ganar txapelas, el hecho de llegar a las finales también es muy complicado. En el Cuatro y Medio me quedé fuera después de ocho años y también hay que tenerlo en cuenta. Después, en el Campeonato de Parejas de Primera pasé un campeonato difícil en todos los sentidos. Cuando uno se elimina tan pronto, desea darle la vuelta en el siguiente. Lo preparé con ganas y aunque no empecé bien he logrado llegar hasta la final.
Tal vez lo excepcional es llegar a esas ocho finales consecutivas y no que quede fuera de una...
—Si le soy sincero, llegar a ocho finales seguidas del Cuatro y Medio es el logro más grande que he conseguido en el campo profesional. Conseguir esos números es superdifícil, tienes que ganar ocho semifinales y, después, siempre hay rivales a buen nivel. Llegar ahí cuesta mucho. Cuando te quedas fuera, te llevas un golpe, pero te tiene que servir para valorar lo que has hecho.
Lo que cuesta
Empezó el Manomanista de Primera con derrota ante Iker Larrazabal (14-22) y le ha conseguido dar la vuelta.
—Iker me ganó con todas las de la ley, pero gané confianza con el segundo partido ante Javier Zabala (22-15). Me siento bien y con ganas.
Todos somos humanos, ¿no?
—Todos los pelotaris empezamos desde el punto cero y entrenamos para mejorar y ganar. Cuando te llevas una txapela, es fácil quedarse con lo bonito; pero aquí hay contrarios que sufren y sabes que a ti te tocará estar en esa misma situación.
Los halagos
¿Personalmente cómo lleva que le lancen halagos y le sitúen como el mejor de la actualidad?
—No me gusta. Uno también lo percibe. Cuando ganas a Laso, todo son flores; pero si pierdes contra Larrazabal, como me pasó a mí, nadie te echa flores. Uno ya sabe cómo funciona este negocio. No me gusta el exceso de crítica cuando pierdes ni el halago en la victoria. Creo que el halago debilita un poco.
“Artola ha vivido etapas en las que le ha tocado estar abajo, en Segunda, pero su lugar no es ese”
Y el deportista tampoco puede centrarse en su día a día únicamente en el resultadismo.
—Te vuelves loco. Si tus entrenos están centrados únicamente en el resultado y, aunque juegues bien, pierdes, no puedes pasarte la semana con casco y la cabeza gacha. ¿Y cuando ganas qué? ¿Todo feliz y todo bien? Es cierto que ganar hace que todo sea más sencillo, pero tenemos que centrarnos en el equilibrio, en la naturalidad. Vivimos de los resultados, pero en el día a día también hay cosas más importantes.
Son pelotaris las 24 horas del día...
—No soy de los que entrenan dos horas y se acabó. Por ejemplo, los partidos importantes me rondan la cabeza en todo momento. No eres pelotari solo cuando sales a la cancha, pero hay que saber desconectar.
¿Y cómo lo hace usted?
—Doy normalidad a mi vida: entreno, voy al fisio, estoy con mi familia... También paso tiempo con mis amigos, incluso algunas mañanas de los días de los partidos importantes. Estoy un ratito con ellos y eso me ayuda mucho. Por ser una final no vamos a hacer cosas diferentes.
La serenidad
Al ganar la txapela del Manomanista de 2024 contó que antes de ir a celebrarlo con sus seguidores en Amezketa, se acercó a cenar con su familia. ¿Forma parte de la serenidad que está viviendo a la hora de afrontar tanto ganar como perder?
—Cuando uno es muy joven, es como un volcán y se magnifican mucho más esos dos conceptos, tanto la victoria como la derrota. Perder parece algo muy negativo. Está claro que todos los deportistas entrenamos para ganar y para mejorar, pero cuando vas teniendo más experiencia lo vives de otra manera, más tranquilo.
No se puede dividir la vida únicamente en los conceptos de éxito y fracaso, ¿no cree?
—Somos profesionales y sabemos cuál es nuestro papel, pero no todo es blanco o negro. Si ganas y juegas mal, puedes sacar conclusiones. Y pasa lo mismo al contrario. El camino no siempre es lineal.
Volviendo a la final, jugarán en el frontón Bizkaia de Bilbao, donde ha ganado sus ocho txapelas de Primera.
—Me gusta. Es noble y tranquilo. Es bueno para sacar el juego que ambos llevamos dentro.
¿En Amezketa y Alegia hay un ambiente especial?
—Por poner un ejemplo, las entradas me han volado en tres días y no porque no sean caras. Hay expectación. Va a ser un día precioso. Estoy muy agradecido a mis aficionados porque están respondiendo.