El frontón Adarraga de Logroño vestirá este domingo (17.00 horas) sus mejores galas para albergar su gran cita anual: la final del Torneo de San Mateo. Esta vez, lucirá más engalanado si cabe, porque sobre la cancha habrá un pelotari de la tierra en busca de la gloria. Javier Zabala, el invitado sorpresa en esta edición de la feria matea, se ha ganado la devoción de la afición riojana, huérfana de referentes claros desde que Augusto Ibáñez Titín III colgara el gerriko hace ya nueve años. El emperador de Tricio, por cuyo Centro de Entrenamiento pasó algún tiempo, también era ese faro para Zabala cuando ganar San Mateo era el sueño irrealizable de un chaval. Pero ha llegado el día en el que ese sueño puede hacerse realidad. A punto de cumplir 26 años -los hará el próximo viernes- y en su estreno en un torneo de primera línea, el nuevo ídolo peleará por ello. Acompañado por José Javier Zabaleta, se medirá a una pareja de postín. Ni más ni menos que los campeones de 2016: Joseba Ezkurdia y Beñat Rezusta.

El simple hecho de disputar el Torneo de San Mateo era ya un regalo para Zabala. “Para mí es lo máximo. Ganar txapelas es muy bonito, pero desde que tengo uso de razón, cada año iba con mi padre a ver la feria. Formar parte ahora de ella significa mucho para mí”, confesaba este pelotari nacido en Nájera, pero criado en la capital riojana, en la presentación de la competición. Su objetivo era no desentonar, según afirmaba en estas mismas páginas la semana pasada. Pero ha hecho mucho más que eso. Empezó muy atenazado y titubeante en su estreno el pasado domingo, pero acabó soltándose la melena para remachar la victoria sobre ante Larrazabal-Imaz (22-14). 

En cambio, el viernes por la noche, en su segunda comparecencia, Zabala cuajó una brillante actuación de principio a fin y tuvo un protagonismo estelar en el triunfo sobre Altuna-Martija (13-22). Al pelotari local y Zabaleta les bastaba con sumar 17 tantos para meterse en la final, pero no se conformaron con eso y quisieron hacerlo por la puerta grande. Apoyándose en el dominio ejercido por su zaguero, que estuvo imperial, el logroñés actuó con cabeza. Rehuyó el cuerpo a cuerpo que le proponía Altuna y priorizó el juego en largo, sacando a relucir el látigo que tiene en sus brazos. Así se metió en el bolsillo a la parroquia del Adarraga un Zabala que firmó doce tantos, sólo dos de ellos de saque, y que además supo controlar su sangre caliente. perdiendo únicamente una pelota.

Una demostración de ese nivel necesitará Zabala para hacer hincar a la rodilla a Ezkurdia y Rezusta, un dúo que reúne potencia, experiencia y una enorme capacidad de trabajo. Vienen de ganar a Jaka-Albisu (22-20) y a Peña-Mariezkurrena (22-18) y llegan con la misión de aguar la fiesta a la afición local, deseosa de que este domingo se repita la historia de hace dos años, cuando otro riojano, el recientemente retirado Víctor, con Zabaleta en la zaga, ganó en la final a Aimar Olaizola y Jon Mariezkurrena (22-9).