BILBAO. La Catedral de la pelota. Elsitio en el que todos los manistasconvergen. El hogar del cuero. Ellugar en el que Juan Martínez deIrujo y Abel Barriola se encontraránel domingo para abrir su andaduraen el Manomanista. Ante elenvite, la memoria sobrevuela eledificio evocando las tardes de feria.
Las horas largas de sonidos sordos,golpes huecos en el frontis. Sobretodo aquel 5 de abril. Barriola jugabaconAritz Lasa ante Martínez deIrujo-GalarzaVI. Cuando el marcadorreflejaba 3-5, Abel se dispuso adevolver un pelotazo complicado deIrujo y Barriola se rompió. Un chasquido. 341 días de baja. Fracturacomplicada de ligamento cruzadoanterior. “Es verdad que vuelvo a lacompetición en el frontón donde melesioné, pero eso no es más que unaanécdota. Del Astelena guardo buenosrecuerdos y es una de mis canchasfavoritas”, relataba ayer en laelección de material. De vuelta alAstelena, el de Leitza masca el presente.
Lo saborea en el regreso anteel rival que vio como se rompía.Terapia de choque.
“Para mi estreno en la competiciónme toca enfrentarme al vigentecampeón. Yo voy a salir a portodas. Pienso jugar como hasta ahora.Actualmente en el mano a mano no se puede jugar largo como antes,hay que buscar otros caminos:remate de aire, sotamano… Yo saldréa exprimir mis armas paraganar”, desgrana el zaguero su técnicay táctica.El físico puede ser el único pero deBarriola y es consciente de la dificultadde alcanzar la élite. “Con larodilla no tengo ningún problema.No tengo la agilidad de antes, perola iré cogiendo según pasa la competición,al igual que la chispa en elgolpeo”, explica Abel. “Sobre todopsicológicamente estoy fresco”,remacha.El rival que le vio retorcerse dedolor en el suelo será el que pulsesu vuelta a la alta competición. Suregreso alManomanista, en el queno pudo participar en 2009, lo queacomodó a Aimar Olaizola en lassemifinales del torneo. El actualcampeón es una dura prueba, aunqueel de Ibero aún se ve como unaincógnita. “No sé cómo voy a responder.Es un nuevo campeonato,pero en los entrenamientos he tenidobuenas sensaciones. En este nuevoManomanista me ha tocado ungrupo muy difícil”, remienda eldelantero.
Las sensaciones residen en locomplicado del duelo, en la dificultaddel triunfo. Pero no existen lossecretos para un campeón. “En elmano a mano da igual si se juegaante un delantero o un zaguero. Enesta disciplina no hay secretos,sacar bien y darle a la pelota. Cuantomás lejos las dejes mejor”, analizael de Ibero. No en vano, el de coloradoya conoce a su adversario. Enemigosíntimos sobre el verde de lacancha. Entre la liturgia del Astelena,los dos sienten la pelota, laamasan y la escuchan silbar. Aligual que oyen los estragos del tiempoy evocan las ocasiones pasadas,los experimentos en el frontón, lastardes de La Catedral en Eibar yuna en especial en la que AbelBarriola se fracturó su Manomanistaen 2009.